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Debate: ¿Tiene razón el mallorquinismo al indignarse por el cambio de color en Oviedo?, por Ricard Cabot y Jaume Bauzà

A favor: Si gana, que vista como quiera, por Ricard Cabot

Si me dieran a elegir, me quedaría con la camiseta de la temporada pasada, la roja con la franja negra vertical en el centro. Dicho esto, aceptaría cualquier vestimenta si me aseguran que el equipo iba a pelear por las plazas de ascenso. Estamos ante un debate absurdo, que ya le va bien al club porque mientras se habla de esto no se hace de que el equipo ocupa la plaza de colista en solitario. En un mundo tan mercantilizado, en el que lamentablemente todo lo mide el dinero, es natural que el Mallorca, como cualquier otro club, intente ingresar lo máximo posible por la venta de camisetas, roja, negra o blanca. Incluso camiseta blanca y pantalón negro, igualito que la selección alemana. Que no deja de tener su aquel.

En contra: Mercadear con los símbolos, por Jaume Bauzà

Es cierto que últimamente a una parte del mallorquinismo le basta el vuelo de una mosca para poner el grito en el cielo. Y que el club tiene problemas más importantes (véase la clasificación). Pero el Mallorca no debería mercadear con los símbolos, y menos a las puertas del Centenario.

Todo lo que tiene de sagrado un club de fútbol se concentra en su escudo y en el color que le identifica. Y queda contaminado cuando alguien decide regularlo por contrato. En las últimas temporadas se ha experimentado hasta el límite de lo tolerable con el rojo y negro del Mallorca. Rayas horizontales, franjas verticales y degradados desvirtúan la identidad del club. Dejen a los símbolos en paz.

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