­Utz Claassen cerró ayer la compra del 5,5 por ciento de las acciones que todavía tenía en su poder Biel Cerdà, por lo que el alemán -junto con su mujer Annette- controlan casi el 99 por ciento de los títulos del Real Mallorca.

"Utz Claassen ha adquirido las acciones del RCD Mallorca S.A.D. pertenecientes hasta la fecha a Tukis Invest, S.L. y Tukis Productions, S.L. Gabriel Cerdà, ex-Presidente del Consejo de Administración de la entidad, sale definitivamente del accionariado del RCD Mallorca, S.A.D. al haber alcanzado un acuerdo con Utz Claassen para la compraventa de sus acciones", rezaba el escueto comunicado enviado ayer por el alemán.

La cantidad en la que se cifra la operación permanece en secreto, pero está muy alejada de los 2,9 millones de euros que Cerdà llegó a reclamar a Dudu Aouate el pasado verano, cuando su paquete accionarial era la llave para dar la propiedad del Mallorca a un inversor u otro.

Las circunstancias han cambiado mucho desde entonces. El matrimonio Claassen controlaba la entidad con holgura, no necesitaban las acciones de Cerdà y por tanto el valor de las acciones del pollencí -por las que en verano de 2010 pagó algo más de 100.000 euros- habían caído en picado.

De este modo, se cierra definitivamente la etapa de Cerdà en el Mallorca, el directivo más repudiado por el mallorquinismo en la historia reciente de la entidad. El pollencí ya no tenía ninguna función ejecutiva desde que fue despojado de todos sus cargos desde que en enero Claassen logró reunir la mayoría accionarial de la entidad al comprar el 46 por ciento que ostentaba Llorenç Serra Ferrer.

A iniciativa de Cerdà

La transacción se formalizó a instancias de Cerdà, que sin ningún peso en el club ofreció vender sus títulos al alemán. Ahora el expresidente ya ni siquiera podrá asistir a las Juntas de Accionistas, como la que se ha convocado para el próximo 29 de junio en la que se aprobará el presupuesto para la temporada 2015/16.

El Real Mallorca cerró en enero un largo periodo de inestabilidad institucional y guerras de poder entre accionistas. El control del 94 por ciento de los títulos por parte del matrimonio Claassen inauguró una etapa de estabilidad en los despachos, que se ha puesto de relieve con la convocatoria de consejos de administración en los que se aprueban prácticamente todas las iniciativas por unanimidad.

Finaliza una temporada que empezó siendo tumultuosa por culpa de la irrupción de Dudu Aouate y la presencia de Cerdà, y que termina con una paz que sin embargo no ha mejorado las cosas en el terreno de juego.

Claassen y Miquel Àngel Nadal se juegan gran parte de su crédito a partir del próximo verano, cuando tendrán las manos libres para planificar un proyecto deportivo que debe aspirar a subir a Primera División.