Lletra menuda

El cambio de interpretación

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Será casualidad o el efecto inmediato de una nueva forma de ejercer y entender la política, pero en pocos sitios se habrá notado de forma tan rápida el vuelco en el gobierno municipal como en Pollença.

Además, para mayor relevancia, ocurre con un asunto tan significativo y grave como es el del recambio integral del Hotel Formentor, divulgado en principio como mera rehabilitación para paliar los efectos del paso del tiempo.

Para el consistorio anterior y en especial para el exalcalde y luego regidor de Urbanismo, Tomeu Cifre, las obras transcurrían de forma correcta, si acaso había algunos desfases administrativos que eran perfectamente subsanables.

Llega el alcalde socialista, Martí March y lo primero que hace es sacar conclusiones de un expediente abierto, después de que en octubre se ordenara la suspensión de las obras, y proponer una sanción de 300.000 euros, una vez comprobado que ninguna de las licencias otorgadas a la promotora del vuelco constructor autorizaba la demolición consumada. En camino está otro expediente de infracción urbanística.

El paso del tiempo tiene la buena costumbre de poner y dejar las cosas en su lugar. En base a los nuevos aires políticos de Pollença y no tanto del conjunto de Balears, está orientado ahora para clarificar el tinglado del Hotel Formentor.

Es muy posible que lo realizado en el lugar acabe reconociéndose con su propia denominación y a base de sanciones económicas, pero sobre hechos consumados que habrán permitido a los promotores culminar sus verdaderas intenciones con presunto fraude al medio ambiente y a la opinión pública. Todo se arregla con sanción económica después de la pasividad municipal.

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