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Fuego y cal en las cuevas: así enterraba a sus muertos la Mallorca talayótica

Un equipo de arqueólogos desvela, tras una excavación en la Serra de Tramuntana, las claves del rito local de la cremación

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Cueva Serra de Tramuntana enterramientos

Fuego y cal. En el interior de una cueva, como si se tratara de regresar a la Madre Tierra. Estos son los elementos principales que marcan los enterramientos humanos en la Mallorca talayótica y postalayótica. Un equipo de investigadores formado por los arqueólogos Jaume Deyà y Javier Aramburu se ha enfrentado al reto de excavar una cueva situada en el sector sudoeste de la Serra de Tramuntana. Los expertos al frente de la expedición piden discreción sobre la ubicación exacta para protegerla del expolio. La intención de esta campaña, que ha sido posible gracias a las facilidades que ha puesto el propietario de los terrenos, era realizar una excavación sistemática de parte de la cavidad para poder conocer el origen y proceso de los denominados «enterramientos en cal». Un rito con fuego y piedra que sólo se realizaba en la Mallorca y Menorca prehistóricas. Por su excepcionalidad y complejidad, el objetivo básico de la campaña se basaba en documentar de forma minuciosa su estratigrafía, y a partir del análisis de la misma se buscaba aportar nuevos datos. Para ello se ha contado con la ayuda de la arqueóloga Amália Pérez-Juez y del geoarqueólogo Paul Goldberg para el análisis microestratigráfico, además de un rico feedback con otros investigadores como son Mark Van Strydonk y Guy De Mulder.

«La hipótesis tradicional defendía que se trasladaban los cuerpos al interior de las cuevas y los cubrían de cal. Y la reacción de la cal viva los quemaba por completo. Pero no tenía demasiado sentido porque la cal alcanza los 100 grados y los huesos se transforman cuando son sometidos a temperaturas superiores a 700», explica Jaume Deyà. Posteriormente, Strydonk y Mulder dieron un paso más y demostraron que los cuerpos habían sido quemados con piedras calizas, aunque ellos propusieron que la cremación era en el exterior y posteriormente los restos recogidos y depositados en el interior de la cueva.

Documentación exhumada

La propuesta defendida por el equipo que acaba de excavar la cueva de la Tramuntana y que puede probar con la documentación exhumada de la intervención es que los cuerpos, cubiertos de piedras, se quemaron en el interior de la propia cavidad primero, como si de un horno de cal se tratase. Transformando cuerpos y piedras en un conglomerado de cal. Para Deyà, que la cremación se llevaba a cabo en el interior es bastante evidente «porque se creaba una enorme combustión en el interior de estas cuevas», lo que producía «unas cicatrices en la cavidad» observables aún a día de hoy, y que el estudio microestratigráfico está confirmando.

La excavación en la cueva de la Serra ha permitido a los investigadores acercarse a los mecanismos del ritual y a su origen. En la cavidad encontraron dos niveles de enterramientos: uno de la Edad de Hierro y otro de la Edad de Bronce final, que es cuando hipotéticamente comenzaron este tipo de rituales. «Con la excavación lo pudimos confirmar porque el material encontrado es exclusivamente bronce y la cerámica es de la época», subraya Deyà.

Los investigadores también hallaron un nivel superior de la Edad de Hierro. «El material nos lo confirma: pasta vítrea y armamento y ajuares de material ferroso».

Para excavar, los expertos combinaron la metodología del decapage (excavar capa a capa) con la fotogrametría en imágenes 3D «con el fin de poder llevarnos el yacimiento a casa y poder guardarlo para futuros estudios».

«Es un tipo de yacimiento difícil para el trabajo de excavación porque los cuerpos están fuertemente compactados entre ellos, unos dentro de otros. Algunas zonas están más carbonizadas, otras mezcladas con la cal y algunos cuerpos se han literalmente desintegrado. Su extracción y clasificación es muy compleja. Por suerte en algunos casos sí es posible identificar cuerpos en conexión anatómica», explica.

La excavación realizada les ha permitido confirmar que los cuerpos eran quemados en el interior de la cueva. Los estudios incluso van un poco más lejos. «Comparé los niveles estratigráficos de varios hornos de cal tradicionales con un enterramiento de cal de los que estamos analizando y coinciden completamente», celebra Deyà. «Esto confirma que el proceso de la cal se hacía también en el interior de la cueva. Una pira en una cavidad que es de piedra calcárea provoca que dicha piedra genere cal», arguye el investigador, quien cree que puede ser el origen del ritual. «Es decir, quemando en el interior de la cueva indirectamente generan esta reacción, la cual intencionadamente ellos querrán imitar y exagerar para el rito aportando más piedras sobre los cuerpos. Una hipótesis que aún coge más fuerza porque los habitantes de Mallorca de aquel entonces no usaban la cal para otras finalidades o actividades, o al menos hasta el momento no hay ningún tipo de constancia», sostiene.

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Cueva Serra de Tramuntana enterramientos

Concepto comunal

En la época talayótica, el entierro era un concepto muy comunal. La prueba, el hallazgo de una gran cantidad de cuerpos sin ningún tipo de diferenciación. En cambio, a medida que avanza la Edad de Hierro, los cuerpos ya sí aparecen siguiendo una jerarquización, «no todo el mundo tenía derecho a estar enterrado simultáneamente dentro de esta cueva».

En la cavidad de la Tramuntana también «hemos hallado otros niveles, como los restos muy revueltos de una necrópolis de la Edad del Bronce medio, evidencias de ocupación calcolítica y restos de Myotragus Balearicus», reseña Deyà.

«También sabemos que había niveles romanos e islámicos, pero las capas superiores desaparecieron porque de esta cueva se extrajo abono para el campo», indica.

¿Cómo llegaron las cremaciones a Mallorca? La hipótesis es que este tipo de rituales desembarcaron en el Mediterráneo procedentes de Oriente Próximo hacia el 1.000 a.C. Se solía hacer un fuego, una pira, en el exterior para quemar al individuo fallecido. Los restos quemados del cuerpo y del ajuar de esa persona se introducían en una urna que después se enterraba. Esta práctica se extendió por el Mediterráneo y cada región la adaptó. En Mallorca las cremaciones se normalizaron en el interior de las cuevas, conjetura el arqueólogo.

Este tipo de enterramientos en Mallorca y Menorca terminaron en la época romana porque se produjo un cambio religioso y conceptual muy importante, básicamente por una imposición y ruptura cultural forzosa.

El equipo investigador se encuentra en estos momentos en la fase de estudio de la cueva. Deyà comenta que será complicado establecer el número de individuos hallados en la cavidad. «Están mezclados, muchos de ellos están pulverizados. Las falanges y mandíbulas halladas son los huesos que nos facilitarán la labor de realizar el cálculo de personas. Suerte que contamos para ello con el antropólogo y traumatólogo Antonio Cañellas», concluye el investigador.

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