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Calvià

Calvianers en busca de un piso de alquiler: "¡Es de locos, piden 700 euros por una habitación!"

Familias relatan lo complicado que es encontrar un apartamento algo asequible en el segundo municipio de España con los precios más altos

Un piso en alquiler en el municipio de Calvià. Juan Luis Iglesias

Olaya, granadina de 51 años, es una temporera turística. Desde hace 10 años, llega a Mallorca por estas fechas para trabajar como fija discontinua en hoteles de Calvià. La necesidad obliga. Lo primero que hace al aterrizar en la isla es googlear: ‘Pisos en alquiler’. Nunca había tenido especiales problemas para encontrar uno, pero este año ha sido diferente. «¡Lo de este año es de locura!», se lamenta, en declaraciones a este diario. Se encontró con que en Magaluf y en Palmanova le pedían «entre 600 y 700 euros» por una habitación en un piso para compartir. Y, al final, ha tenido que adelantar 2.000 euros para entrar a vivir en un estudio: 650 euros por el primer mes, otros tantos de depósito y la misma cantidad para la agencia.

Un hombre mira los anuncios de una inmobiliaria, en la avenida principal de Santa Ponça, esta semana. | JUAN LUIS IGLESIAS

«Y no tiene ni muebles ni nada», dice. Olaya le ha pedido a la propietaria que le ponga lo básico: una cama, un sofá, una mesa… «Claro, es que después de ocho horas como camarera de piso lo que quieres es descansar», afirma. Teniendo en cuenta que al alquiler de 650 euros mensuales le tiene que añadir gastos de luz, agua e internet, Olaya deberá buscar ingresos extra. «Buscaré otro trabajo por las mañanas, porque, si no, no me salen las cuentas. Limpiaré apartamentos», relata esta mujer, quien deja en su Granada natal a sus dos padres, de 86 y 83 años.

El dato Más de 800 solicitudes para 20 pisos de alquiler social

Al menos, Olaya ha tenido la ‘suerte’ de que no le pidieran un año por adelantado. Así lo requería un anuncio publicado en un grupo de Facebook de búsqueda de vivienda por Home by the 8 Sense. Por un piso reformado, con un dormitorio con armario y cama, salón con cocina abierta y un baño con bañera, pedía 750 euros al mes, lo que, visto lo visto, ha dejado de ser una locura en el Olimpo inmobiliario de Calvià. La letra pequeña venía a continuación: «Buscamos exclusivamente clientes solventes o personas que puedan pagar mínimo un año por adelantado». «¿En el precio qué incluís? ¿Mayordomo, bufón, cocinero, etcétera, no?», fue el comentario más educado que recibió el anuncio.

El hecho de que el mercado inmobiliario cotice alto en Calvià, evidentemente, no es una novedad. Núcleos calvianers como Portals Nous, Illetes, Cala Fornells y El Toro encabezan los ránkings de precios en Mallorca. La cercanía con Palma, la presión de la demanda extranjera adinerada, la amplia dotación de servicios, su atractiva costa y el fenómeno del alquiler turístico forman un contexto propicio para que los precios se disparen. Pero siempre solía haber un mínimo abanico de opciones en localidades como Santa Ponça, Magaluf o Palmanova para que la gente que vive de alquiler no tuviese que destinar más de la mitad de sus ingresos al alojamiento.

En el Calvià de 2022, sin embargo, no es extraño que por una habitación te pidan, como mínimo, 500 euros. Como Manuel, que se anuncia en Idealista aclarando que en esos 500 euros no está incluida ni la luz – «La luz vale más que el caviar», se justifica- ni el agua ni la conexión a internet – «de 600 megas», destaca. Ése es el precio de una habitación doble con ventana, aseo privado, derecho a cocina y terraza «grande y soleada».

En segunda posición

La situación existente la revela un dato: el pasado mes de febrero, el municipio de Ponent presentaba de media un precio por metro cuadrado que asciende a 16,24 euros por metro cuadrado, según el índice inmobiliario mensual realizado por Fotocasa, un portal inmobiliario especializado en la compraventa y alquiler de viviendas.

Estos precios en los arrendamientos de Calvià se sitúan en la cúspide del ranking estatal, sólo superados por la ciudad de Barcelona, donde el precio por metro cuadrado se encarama a los 17,18 euros. Calvià mira de tú a tú a barrios selectos de Madrid, como el de Salamanca, a poco más de 18 euros el metro cuadrado. Ante esta realidad, hay familias que se dan por rendidas al ver imposible encontrar dónde alojarse en Calvià.

«Va a tocar buscar por otro lado», dice, resignada, Heidy. Ella y su familia llevan dos meses buscando un alquiler en el municipio. Sin suerte. La horquilla de los pisos que han visto van desde los 900 a los 1.300 euros de un apartamento que visitaron en Santa Ponça y que tampoco era gran cosa como alojamiento. «Ni fu ni fa», dice Heidy. Esas cantidades, afirma esta mujer, son desorbitadas para cualquier familia trabajadora.

Les costaba dar el paso de irse a otro municipio, porque su hijo está muy a gusto en su instituto, pero, visto lo visto, asegura que no les quedará más remedio.

"Entiendo que el propietario quiera sacar un rendimiento a su vivienda, pero, con estos precios, ¿piensan que van a cobrar todos los meses?"

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Si Heidy se plantea irse a un municipio vecino como Andratx, la situación no es mucho mejor. Una persona que busca alojamiento en esta localidad -con un pujante mercado inmobiliario- exponía esta semana en un grupo vecinal de Facebook las dificultades de proveerse de un techo: «Los que buscamos casas de alquiler necesitamos un techo donde vivir. La mayoría somos mileuristas y no disponemos de un mínimo de 3.000 euros para poder acceder a una vivienda. Entiendo que el propietario quiera sacar un rendimiento a su vivienda, pero, con estos precios, ¿piensan que van a cobrar todos los meses? ¿No sería mejor rebajar un poco y cobrar su renta cada mes? Entiendo que haya gente que entre y destroce, no pague, etcétera… pero no todo el mundo es así. Hace un año que busco una casa para vivir, porque, evidentemente, no se puede vivir en la calle. Pido, por favor, alquileres razonables, entre 600 y 700 euros».

Antonio, trabajador de la hostelería, ya ni busca piso para él solo. Se conforma con una habitación para compartir en Santa Ponça. «A final de mes me tengo que ir del piso donde se vive», dice, con tono agobiado. «Hace un mes que estoy buscando, pero no encuentro nada, porque es caro. Tienes que pagar un mes por adelantado, una fianza... Y todo va por agencias inmobiliarias. El mes que viene me veo en la calle», cuenta.

«Así no se puede vivir. Creo que, como la cosa no cambie, la isla se va a quedar sin mano de obra. Mucha de la gente de Mallorca no quiere trabajar en hoteles»

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Aunque el periodismo siempre gusta de ofrecer cifras globales, se hace difícil ofrecer una estimación de la gente que está buscando piso de alquiler en Calvià. Pero sí que sirve para hacerse una idea el siguiente dato: 808 personas se han inscrito en un listado provisional del Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) para optar a 20 apartamento de alquiler social que se están construyendo en Magaluf. Eso significa que cada piso tiene 40 pretendientes.

Ante tal estado de cosas, trabajadores que venían a hacer la temporada a Calvià como Olaya lo tienen claro. No cree que vuelva el año que viene. «Así no se puede vivir. Creo que, como la cosa no cambie, la isla se va a quedar sin mano de obra. Mucha de la gente de Mallorca no quiere trabajar en hoteles», sostiene.

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