El director general de Energía y Cambio Climático, Pep Malagrava, presentó este lunes en Bruselas el proyecto Power to Green, que dará luz a la planta de hidrógeno verde de Lloseta, en el marco de la European Hydrogen Week 2021, organizada por la Comisión Europea. En este sentido, Malagrava trasladó la intención del Govern de ser la punta de lanza de esta tecnología en España y en el Mediterráneo y poder así seguir impulsando el cambio de modelo energético y productivo. Así, anunció que la planta de hidrógeno verde de Lloseta generará la primera molécula de España este 2021. Al producir hidrógeno renovable este mismo año, «la planta se convertirá en la primera en España y en una isla al sur de Europa», expresó Malagrava, que recordó que la infraestructura cuenta «con una subvención directa por parte de la Unión Europea y que conseguirá movilizar casi 50 millones de euros en conjunto». «Hablamos de unas cifras importantes para nuestra economía industrial», remarcó.
Hay que señalar que gracias a esta planta se generarán 300 toneladas de hidrógeno verde cada año producidas al 100% a partir de plantas fotovoltaicas y que con esta producción se podrían reducir las emisiones de CO2 hasta 20.700 toneladas al año, «y se daría así un gran paso hacia el cumplimiento de la Ley autonómica de cambio climático y transición energética, así como de lo establecido por la UE y el Acuerdo de París».
Malagrava, además, indicó que «esta apuesta por el hidrógeno verde es sólo la punta del iceberg de una estrategia que va más allá de la descarbonización y la lucha contra el cambio climático en una economía de monocultivo como Baleares, y que gracias a esta planta las islas se sitúan en Europa como un referente en innovación en transición energética».
El Govern remarcó que la planta de hidrógeno verde de Lloseta permitirá recuperar muchos de los empleados que habían quedado en el paro después del cierre de la antigua cementera que albergará la planta verde de hidrógeno. Además, cabe destacar que dicha infraestructura contribuirá a mantener más del 70% de la energía consumida en Baleares, y garantizará la resiliencia ante posibles crisis de suministro. «De momento, la producción se destinará, entre otros, al transporte terrestre, pero el futuro es prometedor en cuanto a los usos en el transporte aéreo y el transporte marítimo», avanzó.
