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Escuelas de verano.

Las escuelas de verano dejan a decenas de niños confinados en diferentes localidades de Mallorca

En Búger y Selva hay bares cerrados porque varios trabajadores han dado positivo

La quinta ola de la pandemia se ha cebado con las escuelas de verano. Decenas de niños y niñas de diferentes municipios de la isla han estado o están confinados en sus casas después de haber sido contactos estrechos con personas contagiadas en el ámbito de los campus veraniegos que se organizan en la gran mayoría de municipios, a pesar de las medidas de seguridad que las empresas que se dedican a estas actividades habían adoptado para evitar problemas con la covid-19.

El caso más significativo es el de Sineu, donde se calcula que aproximadamente unos 70 niños y niñas matriculados en alguno de los campus que se ofertaban este verano han tenido que guardar cuarentena por haber coincidido con algunos monitores contagiados. Los alumnos han sido sometidos entre la pasada semana y esta a pruebas PCR con todos los resultados negativos por ahora. No son los únicos casos, ya que otra veintena de jóvenes del municipio del Pla también ha tenido que estar confinados por participar en cenas en las que posteriormente se supo que algún comensal tenía el coronavirus.

La situación es tan extraordinaria que el ayuntamiento de Sineu ha tenido que modificar algunas actividades por falta de participantes, como es el caso del torneo de fútbol sala que se disputa por la tarde en la Plaça del Fossar, que ha aplazado partidos porque la mayoría de jugadores de ambos equipos están en cuarentena.

Portocolom es otra de las localidades en las que una veintena de niños y niñas también han tenido que estar confinados por su asistencia a la escoleta d’estiu. Dos monitoras de la actividad han dado positivo presuntamente por su asistencia a una fiesta particular y otra trabajadora está en cuarentena por contacto estrecho con un contagiado. Ayer, los alumnos de las dos monitoras contagiadas se sometieron a las pruebas PCR, aunque todavía deberán estar en casa hasta mañana jueves para cumplir el protocolo dictado por Infocovid.

Otros municipios como Mancor de la Vall y Lloseta también han tenido problemas similares. En el primer municipio un grupo de niños y niños todavía están confinados por haber sido contactos estrechos con un contagiado en la escuela de verano la pasada semana.

Cierre de bares

En algunos pueblos de la isla han cerrado bares tras detectarse casos de covid entre el personal. Es el caso de Búger, donde actualmente uno de los establecimientos más populares de la localidad ha puesto las barreras «de forma voluntaria» durante diez días, según especifica su alcalde Pere Torrens, porque dos de los trabajadores se contagiaron. El resto de empleados se han realizado pruebas PCR que han sido negativas.

En Selva ocurrió un hecho similar. Un local de restauración estuvo cerrado diez días porque el propietario había contraído el virus. El alcalde Joan Rotger lamentó ayer que el Govern «no informa al Ayuntamiento» de los diferentes casos detectados en el municipio y que «desde hace meses» no se realiza un seguimiento estricto de las personas que tienen que estar confinadas. «No sabemos quiénes son», apunta.

Los mercados semanales, actividades de alto riesgo

Los mercados semanales que se celebran en los pueblos de la isla se han convertido estos días, en plena quinta ola de la covid, en actividades de alto riesgo. Muchos de estos mercados son reclamos turísticos y se llenan de centenares de personas que no suelen guardar las distancias, tal y como refleja la foto que ilustra esta información, tomada ayer en Artà.

Aglomeraciones de visitantes, ayer en el mercado de Artà. | DM

En Sineu, que cada miércoles organiza el mercado más tradicional de la isla, el Ayuntamiento observa con preocupación cómo cada semana llegan más visitantes (el pasado miércoles había diez autocares turísticos, sin contar los coches de alquiler) y las mascarillas brillan por su ausencia. El alcalde Tomeu Mulet asegura que «controlar el mercado es muy complicado» e insta al Govern a tomar cartas en el asunto. «El hecho de que la mascarilla no sea obligatoria es un problema, sería importante que todos la llevasen», añade.

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