El ayuntamiento de Selva ordenó ayer la tala de los pinos de la Plaça Major, una controvertida decisión que ha causado un profundo malestar entre un sector de los vecinos de la localidad. A primera hora de la mañana, las máquinas de una empresa local contratada para esta finalidad iniciaron el derribo de los cuatro grandes pinos que quedaban en la plaza, el primer paso de la profunda reforma que el Consistorio ejecutará en el ágora central de Selva con un presupuesto de 500.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses.

Ante esta situación que provocó el estupor de residentes y comerciantes del municipio, que no sabían de antemano las intenciones del Ayuntamiento, el alcalde Joan Rotger (PP) aseguró que los árboles se cortaron por “seguridad” a partir de un informe redactado por un ingeniero agrónomo y también por petición expresa de la empresa que ejecutará las obras de reforma de la Plaça Major. En este sentido, apunta que los cuatro pinos que quedaban en la plaza suponen una amenaza para las personas porque “algunos de ellos estaban en mal estado” y añade que no se podía salvar a los árboles sanos porque “de lo contrario quedaba condicionado todo el proyecto de reforma de la plaza”.

El alcalde Rotger señaló además que los pinos ya habían provocado numerosos problemas a los vecinos de la zona. De hecho, el Ayuntamiento tuvo que pagar una indemnización de 8.000 euros a un vecino de la plaza por los daños provocados por los pinos en su propiedad. Además, las raíces de los árboles también causaban problemas en las propiedades aledañas. “Estos pinos tenían 25 metros de altura y tenían la copa descompensada; cuando hace viento fuerte son muy peligrosos porque se habían deteriorado mucho”. Según el regidor, los pinos fueron plantados en la Plaça Major en el año 1953.

Para responder a las críticas vecinales, el alcalde señaló que una vez ejecutada la reforma “la Plaça tendrá más árboles que hasta ahora”. El proyecto de obras contempla la siembra de fresnos en la zona. “Es cierto que la tala de los árboles ha cambiado la imagen de la Plaça, pero llega un momento en que los árboles se convierte en enemigos; es una decisión que me duele porque mi generación ha crecido con estos pinos, pero la seguridad es lo más importante, el Ayuntamiento ha actuado con responsabilidad”, explica Rotger.

No obstante, las explicaciones del alcalde no acaban de convencer a un sector importante de los vecinos, que acusan al Ayuntamiento de talar los árboles “con nocturnidad y alevosía” y desmienten la afirmación de Rotger de que los pinos fueron sembrados en la década de los años 50. “Hay fotos anteriores que demuestran que los árboles ya estaban en la Plaça”, sostienen fuentes vecinales. También aseguran que ayer por la mañana “ya se ofrecía leña para comprar a algunos vecinos”, aunque Rotger sostiene que la leña “es propiedad del Ayuntamiento y se utilizará para las necesidades municipales, por ejemplo los ‘foguerons’ de Sant Antoni”.

La tala impactó de forma especial a la comunidad extranjera que vive en Selva. Dos vecinas alemanas calificaron de “pena” que el Ayuntamiento “tale estos árboles sanos”. También criticaron la falta de información del Consistorio sobre sus intenciones.