A las difíciles coyunturas económicas a las que se suele enfrentar periódicamente el campo mallorquín, se suma la proliferación de plagas. A la ya conocida de la procesionaria, cabe añadir otras que suelen causar dificultades a la payesía como el picudo rojo, el ‘banyarriquer’, la oruga paysanidsia y la avispa asiática. Sin olvidar tampoco las épocas que han proliferado las serpientes de herradura. Pero, sin duda, ha sido la Xylella la que en los últimos años más quebraderos de cabeza ha causado, afectando a varias especies vegetales.