Las carreteras de Mallorca están plagadas de rotondas. Uno se pregunta si hacen falta tantas, porque algunas de ellas se manifiestan como ornamentales o superfluas, pero también por qué no se han instalado en varios cruces esenciales y de peligro acreditado a base de reiterados accidentes. Uno de estos fatales puntos negros es el de la intersección de la carretera Sineu-Inca con el desvío hacia Costitx.
Todo conductor que se ha aproximado a él ha podido sentir la sacudida de su inseguridad y algunos la han llegado a experimentar en su peor dramatismo. En una más de sus incomprensibles dilaciones, la Administración se ha trabado con los proyectos de rotonda necesaria en el concurrido cruce y ha acabado dando largas al asunto. Mientras, siguen produciéndose accidentes.
Tan triste realidad es la que increpa los ánimos del Ayuntamiento y de los vecinos de Costitx. Ahora actualizan su justa reivindicación ante el Consell y no descartan nuevas acciones de movilización popular. Vuelven a fallar las prioridades. En la Mallorca parca en transporte público, el uso imprescindible del vehículo privado causa estos problemas de exceso demográfico. Incluso con una temporada turística decadente.