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Vitivinicultura

Menos vino, pero extraordinario

Muchos bodegueros temen que este año no puedan llegar los temporeros a causa de las restricciones

Este año, las bodegas se verán obligadas a reducir su producción. j.s.

"Faltan sólo dos meses para que empiece la vendimia y las bodegas están aún llenas del vino que producimos el año pasado, las ventas han caído cerca del 90% y no nos quedará otro remedio que disminuir drásticamente la producción", explica Antoni Bennássar, que preside la Denominación de Orígen (DO) Pla i Llevant y también la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vi de la Terra de Mallorca. "Habrá que reducir la producción de uva y podar en verde los racimos antes de que maduren, no nos quedará otro remedio si no queremos tirar los precios por el suelo", asume en el mismo sentido el presidente de la DO Binissalem, José Luís Roses.

Y las bodegas ya se preparan para reducir su producción. "Podaremos en verde la mitad de las uvas que produzca cada cepa, las dejaremos en el suelo para que enriquezcan la tierra, el vino del año pasado sigue en el almacén y no sabemos si el año que viene podremos dar salida al caldo que produciremos con la vendimia que se avecina y al que ya tenemos elaborado", añade en ese sentido la responsable de la bodega ecológica Can Majoral, Mireia Oliver. Una medida que también adoptarán en la bodega Jaume de Puntiró. Allí, además, plantean "destilar uns 5.000 litros del vino que no hemos podido vender para convertirlo en alcohol, que se podría utilizar para elaborar licores o también podría destinarse a la industria farmacéutica", explica el director general de la bodega, Pere Calafat.

De hecho, la poda en verde para reducir la producción de uva en los viñedos y la destilación de vino para convertirlo en alcohol, son dos de las principales medidas que ha puesto sobre la mesa el Ministerio de Agricultura para ayudar al sector vinícola. Unas medidas que según el presidente de Vi de la Terra de Mallorca "están más pensadas para las grandes industrias del sector y no para las pequeñas bodegas, que constituyen la mayor parte del sector del vino en Mallorca", concreta Antoni Bennassar. "Habrá que esperar a ver a qué precio se paga el vino para convertirlo en alcohol, tendremos que ver los precios pero todo parece indicar que no valdrá la pena para la mayoría de productores de Mallorca", lamenta también desde la DO Binissalem, José Luis Roses. Y es que el Ministerio de Agricultura prevé compensar económicamente a los productores que quieran reducir la producción, "pero la insularidad y el hecho de que la mayoría de productores de la isla primemos la calidad hace que no compense demasiado, a nosotros nos cuesta más o menos un euro y medio producir un litro de vino y según se dice nos quieren pagar poco más de treinta céntimos por litro para que lo convirtamos en alcohol, y eso sin contar con los costes de transporte", concreta el bodeguero Pere Calafat.

Gran Calidad

Pero producir la mitad del vino que sale cada año de las bodegas también tiene, en parte, una lectura positiva. "Si todo va bien la calidad del vino será espectacular, las plantas con menos uva aportan una calidad increíble a los caldos", explica el presidente de la DO Binissalem y responsable de las bodegas José Luis Ferrer, José Luis Roses. Y aunque es pronto para decidirlo, "si la vendimia es buena se podrán hacer vinos selectos y de producciones especiales", explica Mireia Oliver de Can Majoral. "Nosotros ya venimos de innovar en la producción, en los últimos años hemos presentado vinos espumosos, vinos ancestrales o nuestro primer vermut, como ha llovido muy bien y los viñedos están espectaculares ya pensamos en hacer cosas aún más especiales en 2021", explica el responsable de los vinos Jaume de Puntiró.

Sin embargo lo que temen muchos bodegueros es que este año no puedan llegar los temporeros que en los últimos años se encargaban de buena parte de la vendimia a causa de las restricciones en el transporte. "Cada año contábamos con familias de Marruecos y de otros países africanos o europeos que venían a trabajar durante la temporada, el problema es que la viña continúa su camino, crece y necesita cuidados y la mano de obra que hemos formado durante años no puede llegar", lamenta el presidente de la DO Pla i Llevant.

Vino en cada casa

Durante la semanas de confinamiento las bodegas mallorquinas se han lanzado de cabeza a la venta directa a particulares. "Me ha encantado poder conocer a nuevos clientes pero la verdad es que las ventas a domicilio representan una parte ínfima de la distribución del vino, hemos distribuido a particulares alrededor de un 5% del vino que el año pasado colocamos en el mercado en estas fechas en Mallorca", reconoce Mireia Oliver. Ella, junto a Bàrbara Mesquida, la responsable de la bodega Mesquida Mora, han "intentado ofrecer packs combinando botellas de las dos marcas con otros productos como mermeladas o fruta fresca para ofrecer propuestas atractivas", añade la responsable de los vinos de Can Majoral. En ese sentido prácticamente todas las bodegas mallorquinas se han apoyado en la venta directa y a través de la red. "Hemos lanzado la iniciativa Tast de Vi de Balears, explica el responsable de la IGP Vi de la Terra de Mallorca y de la DO Pla i Llevant, Antoni Bennássar. "En el sector nos conocemos todos, nos llevamos bien y es fácil encontrar aliados, esta ha sido otra de las pequeñas alegrías de los últimos meses", reconoce en ese sentido Mireia Gelabert.

Lejos de la recuperación

"Pensamos que no será hasta dentro de un año que empezaremos a vislumbrar una recuperación en las ventas de vino en el sector de la restauración; además muchos turistas de los llamados de calidad se acercaban a nuestras bodegas a comprar vinos", explica el bodeguero Pere Calafat. "La verdad es que además de exportar vinos, los turistas que se alojan en agroturismos, hoteles de lujo, casas vacacionales o propietarios extranjeros de segundas residencias son otros de nuestros grandes clientes y este año aún no los hemos visto", reconoce Antoni Bennássar. "Hemos mantenido los niveles de exportación pero, además del sector de la restauración, han caído las ventas en supermercados y tiendas de alimentación. Hay que tener en cuenta que muchos turistas compraban en estos establecimientos pero de momento no han podido llegar", lamenta el presidente de la DO Binissalem, José Luis Roses.

Ante esta situación y para evitar que un exceso de vino en el mercado propicie una bajada drástica de los precios, el Ministerio de Agricultura parece que también incentivará con ayudas económicas que las bodegas guarden hasta 12 meses el vino que se tendría que haber vendido este año, explican los responsables de las dos Denominaciones de Origen mallorquinas. Además, para evitar que en el futuro el vino se quede en los almacenes "se prevé limitar aún más las nuevas bodegas para evitar que las grandes marcas o empresas de capital extranjero aterricen en Mallorca para sembrar grandes extensiones de viñedos", reconoce Bennássar. "En los últimos tres años han aumentado un 20% las plantaciones de viña en la DO Binissalem, un hecho insostenible si lo que queremos es primar la calidad", añade en el mismo sentido José Luis Roses. Aunque, eso sí, "son medidas anunciadas al sector pero hará falta que se publiquen en un decreto ley para que veamos el alcance real de lo que propone Madrid", reconoce Bennássar. Precisamente para informar sobre estas medidas, y también para discutir las que preparan el Govern y el Consell de Mallorca, se ha constituido la Mesa del Vi, una mesa de diálogo en la que se sientan los responsables de los consejos reguladores de las marcas de calidad del vino y también las organizaciones agrarias. Su objetivo es impulsar el sector vinícola en Mallorca y en Balears.

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