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Medio ambiente

Santa Margalida fomenta una comunidad de regantes para justificar una nueva depuradora

El Ayuntamiento propone la construcción de una nueva estación de tratamiento terciario entre la Vila y Can Picafort

Imagen de la playa de Son Bauló, donde la futura depuradora de Can Picafort contempla un emisario submarino. j. frau

El ayuntamiento de Santa Margalida sigue con paso firme en su oposición a la construcción de una nueva depuradora en Can Picafort, una infraestructura que, según la institución municipal, no es sostenible desde el punto de vista medioambiental porque contempla la habilitación de un emisario submarino en la playa de Son Bauló que podría provocar un grave impacto en la bahía de Alcúdia. En este sentido, el consistorio margalidà ha movido hilos para tratar de convencer a Madrid de la necesidad de descartar el proyecto, que ya acumula un retraso considerable a raíz de sucesivas modificaciones, y concentrar los esfuerzos técnicos y económicos en la construcción de una nueva infraestructura cuyas aguas depuradas, en lugar de verterse al mar, se usen para el regadío de cultivos.

Por este motivo, el Ayuntamiento ha promovido la creación de una comunidad de regantes para aprovechar las aguas depuradas que generaría la nueva infraestructura que, según el teniente de alcalde Joan Monjo, podría construirse en unos terrenos ubicados entre Santa Margalida y Can Picafort, en una cota alta, con una extensión de 70.000 metros cuadrados. Si este proyecto promovido por el Ayuntamiento llegase a buen puerto, implicaría el cierre definitivo de la actual depuradora de Santa Margalida y haría innecesaria la construcción del proyecto de Can Picafort.

Gestiones con Madrid

Monjo explica que el Consistorio ya se ha puesto en contacto con la sociedad mercantil estatal Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), encargada de la construcción y gestión de infraestructuras hidráulicas declaradas de interés general por el Estado español y que tiene el encargo de redactar el proyecto definitivo de la infraestructura prevista en Can Picafort, para exponer la idea de ejecutar una nueva estación entre Santa Margalida y Can Picafort. "Han visto el proyecto con buenos ojos", asegura Monjo. "Aprueban la idea de que las aguas depuradas se destinen al regadío, pero el Ministerio pone como condición que, como mínimo, deben regarse 300 hectáreas de terreno", añade el regidor.

Por este motivo, el Ayuntamiento ha iniciado un plan para aglutinar fincas de gran tamaño con el objetivo de alcanzar las hectáreas mínimas exigidas por Madrid y ha empezado a diseñar un plan de tuberías para regar los terrenos. Monjo asegura que, por ahora, ya tiene garantizadas unas 200 hectáreas y que en un futuro incluso se superarán sin problemas las 300 hectáreas solicitadas. Las reuniones entre los regantes para formalizar una comunidad han quedado paralizadas estos días por culpa de la crisis sanitaria del coronavirus.

No obstante, la ejecución del proyecto preferido por el ayuntamiento de Santa Margalida no es una prioridad para el Govern, que sigue apostando por el proyecto de una nueva depuradora en Can Picafort debido a que la tramitación está en fase avanzada y observa las maniobras de Monjo como una estrategia de distracción para retrasar todavía más su ejecución.

En este sentido, Monjo reitera una vez más que si el ejecutivo autonómico insiste en la construcción de la infraestructura proyectada en Can Picafort, el Ayuntamiento "recuperará las competencias de la gestión del agua" para decidir qué tipo de proyecto quiere para el municipio del Nord de Mallorca. "No queremos ni oir hablar de un emisario en Son Bauló, apunta el regidor, convencido de contar con la complicidad de Madrid y Europa en el pulso que mantiene con el ejecutivo autonómico.

Si finalmente avanzase el proyecto alternativo propuesto por Santa Margalida, el Consistorio debería adquirir los terrenos, ubicados en la zona de s'Alqueria, que tienen dos propietarios. De esta forma, el municipio tendría una nueva depuradora terciaria que daría servicio a la Vila y Can Picafort. Las aguas sucias del núcleo costero son tratadas actualmente en la estación ubicada en la finca de Son Bosc, que se ha quedado obsoleta para las actuales necesidades de saneamiento de este sector del litoral.

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