La continua proliferación de aparcamientos indebidos de vehículos en el casco urbano y la falta de respeto a las señalizaciones, junto a la dificultad para transitar por la calle Major, tanto a pie como en vehículos, ocasionan diariamente un profundo malestar en la población de Montuïri.
Los aparcamientos frente a vados, sobre líneas amarillas, en esquinas, a pie de la subida a Es Graons de la iglesia, resultan en la localidad montuïrera un mal endémico y ocasionan las protestas constantes de los vecinos hasta el punto de que este problema ha sido tratado en plenos municipales sin que se hayan adoptado las medidas necesarias y persuasoras.
En la sesión consistorial del mes de diciembre, Joan Antoni Ramonell Miralles, portavoz del PP, en el capítulo de ruegos y preguntas, se refirió al problema de movilidad en la calle Major y a la aplicación de las normas de aparcamiento "que si no se aplican, más vale quitarlas.
La última ocasión corresponde al plenario del pasado mes de febrero. El Partido Popular censuró la situación circulatoria vial indicando que "recibimos continuas quejas de los residentes por problemas con los coches mal aparcados y, además, que se encuentran en dificultades para denunciar estos incumplimientos de circulación. Consecuentemente, los problemas para denunciar redundan en un aumento de las infracciones. Al encontrarnos en estos trances, los montuïrers necesitamos que se nos asegure -como mínimo- la posibilidad de llamar a un teléfono y que se nos atienda".
Piden sancionar a los infractores
En términos similares, la revista local Bona Pau se ha hecho eco de estas cuestiones en la edición de este mes de marzo. Ha comentado que "ya se pasa de castaño oscuro y que el hecho de aparcar coches de forma reiterada delante de los vados y sobre las franjas amarillas es para tenerse en consideración. Algunos estacionan mal de forma continuada y ya tienen por costumbre de hacerlo así". La publicación de la Part Forana solicita que se pongan las correspondientes sanciones.
En cuanto al tránsito en la calle Major, la poca amplitud de la calzada -que fue reducida con las nuevas aceras del Pla Mirall- y los coches estacionados en la vía obligan tanto a conductores y como a transeúntes- a circular con grandes dificultades y a veces con peligro. A ello cabe añadir que los viandantes necesitan de forna asidua recurrir a los portales domiciliarios para protegerse de los automóviles, furgonetas y camiones y, que han sido varias las roturas de retrovisores de coches aparcados que se han producido.
