El robo de la cruz de término de Binissalem sigue dando de que hablar entre sus vecinos, muchos de los cuales se han enterado del suceso después de leer las crónicas que este periódico. Tras cinco días desde que se produjo el misterioso "atentado" contra este elemento de gran valor patrimonial, las opiniones que surgen al respecto son diversas. Aunque todos coinciden en algo más que evidente: que no es nada fácil llevarse un material de este tamaño y peso. En su conjunto, pilón de soporte y cruz, su peso podría superar unos cuantos centenares de quilos.

Entre las opiniones de algunos de los vecinos del camino de Biniali, quienes, desde hace más de cincuenta años, han visto siempre allí plantada la cruz, recogemos la de Pau Herraiz, quien afirma que la acción del robo estaba totalmente planificada, aprovechando, quizás, alguna pequeña grieta que pudiera haber en el pilón de soporte en donde asestar uno o varios golpes, con una maza de goma, para cortar la pieza. Herraiz cree que se trata de alguien que se dedica a adquirir elementos patrimoniales de este tipo, tal vez algún anticuario o coleccionista y no descarta incluso que la cruz ya se encuentre fuera de la isla.

Otra vecina de esta misma calle, Mercè Ingla opina que, en principio, puede tratarse de un acto vandálico, lo cual refleja muy poco respeto a la sociedad y en especial a la población de Binissalem y a su patrimonio local. Ingla afirma que si alguien robó la cruz con intención de venderla o de tenerla en su casa es un tema que desconoce, tanto como inesperado e inexplicable ha sido el suceso en sí.

Aina Maria Besestri, residente en el camino des Velar, también muy cerca del lugar en cuestión, no descarta ninguna de las dos posibilidades, es decir, que pueda tratarse tanto de tráfico de antigüedades como de una gamberrada. En cualquier caso, Besestri asegura que quien lo hizo debía tenerlo todo bien calculado, pues no es nada fácil hacerse con una pieza patrimonial de semejantes dimensiones y la cual puede superar los doscientos quilos de peso. Una reflexión muy parecida es la de Joan Amengual, quien dice no dar crédito a cómo alguien se ha atrevido a llevar a cabo semejante acto, lo cual lleva a pensar si pueda tratarse de algún coleccionista interesado en este tipo de monumentos. Amengual cree que los ladrones utilizaron un camión grúa, haciendo uso de la típica braga para elevar mercancías pesadas, enganchándola en el pilón de la cruz y arrancando así la pieza de su sitio.

En definitiva, parece quedar claro que los autores sabían exactamente a lo que iban, que no fue nada improvisado y que acudieron al lugar perfectamente equipados. La investigación policial continúa abierta y no se descarta ninguna hipótesis.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • Vecinos de Binissalem denuncian el robo de la cruz del camí de Biniali
  • La Policía descarta el vandalismo en la desaparición de la cruz de Binissalem

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO