Un dimoni con el pelo afro, sin cuernos y de color rojo. Tiene las orejas grandes y las piernas de una oveja. Así ha retratado el artista manacorí Toni Galmés al pequeño Cucarell, protagonista del álbum ilustrado Les banyes d'en Cucarell, que se presentará el próximo sábado a las 11:30 horas en la Fundació Mossèn Alcover de Manacor de la mano de Galmés y la escritora de la adaptación del libro Caterina Valriu.
"Para dar el sus a las fiestas de Sant Antoni, explica Galmés, quien se muestra ilusionado ante este nuevo proyecto lanzado por Saïm Edicions. Un trabajo totalmente diferente a lo que había hecho hasta ahora y que cuenta con un público más exigente si cabe: los niños.
Galmés reconoce que es un ilustrador polifacético. Ha dibujado una de las imágenes más virales del procés -la silueta del rostro de una mujer con la boca tachada- y ha publicado el volumen Groc: història gràfica d'una lluita y el de Lila, que refleja la lucha feminista, entre otros. Ahora, sumergido en un proyecto infantil, asegura que lo que ha aprendido en los otros trabajos lo ha aplicado en este. ¿Qué tienen en común? "Que todos son libros destinados a gente catalanoparlante", responde.
En el caso de Les banyes d'en Cucarell, los guiños a la cultura balear son constantes: Cucarell tiene un 'cerdito', además de ser un dimoni como los de Sant Antoni y Tonina, la compañera de Cucarell, calza unas barques menorquinas.
Galmés enfatiza en la figura de Curarell: "Intentaba que fuera un personaje entrañable y que se hiciera un sitio dentro de los personajes contemporáneos". El manacorí, que afirma no haberse documentado para crear este personaje, lo describe como un dimoni muy carismático y a la vez "muy diferente a los dimonis tradicionales". El toque se lo da el pelo afro y las piernas.
También alaba la figura de Tonina. En este caso, en la adaptación del cuento se ha transformado la figura de un niño por una pequeña para "romper con los estereotipos". "Ella es una niña muy lista y valiente, que viste con pantalones, y que intenta ayudar a Cucarell poniéndole unas ramas como cuernos", comenta el ilustrador.
Galmés, que confiesa tener "esta genética de contador de cuentos" y que no sabe "vivir sin dibujar", ha utilizado colores mediterráneos en este proyecto. Y aclara: "No es un libro exclusivo para Sant Antoni, se puede leer todo el año".
Según el artista, el mensaje del álbum ilustrado es muy positivo y educativo: "Hay que tener paciencia y confiar, todo llega".
Galmés asegura estar trabajando en la actualidad en tres cuentos a la vez y tiene entre manos un proyecto a nivel internacional que prefiere no adelantar. También avanza que en el mes de febrero tiene otra sorpresa que ofrecer en Manacor. Habrá que esperar.
