Joan Roca Canals, con 40 años de edad, ha dedicado toda su vida a trabajar de alfarero. Se inició muy joven en la ollería de sa Roca Llisa, a la edad de trece años. Todavía en edad escolar ya se interesó por este mundo, y durante sus vacaciones y fines de semana ya iba a la ollería regentada por su tío para poco a poco ir aprendiendo el arte ceramista.
P ¿Cuáles fueron sus primeras piezas?
R Me inicié con los ceniceros, poco a poco. Eran sencillos de hacer. Así como avanzaba en mi aprendizaje mi tío, Pep Serra Amengual, propietario de la ollería sa Roca Llisa me enseñó a trabajar otras piezas como las cacerolas, ollas y otros utensilios de barro. Cada vez me gustaba y entusiasmaba más este trabajo y continuo haciéndolo a gusto.
P Al no tener alfarería propia, ¿ dónde realiza sus piezas?
R Continuo trabajando en sa Roca Llisa, donde hago piezas tanto para mí como para la alfarería, ya que soy autónomo, las piezas las suelo realizar por encargo.
P ¿Qué piezas suele producir?
R Todas, desde cacerolas u ollas a platos y ceniceros. También trabajo en la cerámica, pero no decorativa, sino funcional, de utilidad, como platos, tazas y otros artículos de menaje.
P ¿Cómo se da color a las piezas de cerámica?
R Bueno, para empezar es otro tipo de barro. Para dar el color lo hacemos a base de óxidos y esmalte. La pieza va cogiendo el color a medida que se cuece.
P ¿Las tradicionales piezas de barro y las de cerámica, tienen el mismo tiempo de cocción?
R Ninguna pieza tiene el mismo tiempo, depende del tipo de barro que se utiliza para realizar la misma. Las pequeñas necesitan menos tiempo de cocción que las grandes, así como la intensidad del fuego. En los hornos actuales se precisan de nueve a doce horas de cocción, y unas doce horas para que se enfríe el horno y poder realizar la extracción de las mismas.
P ¿Visita ferias y mercados con sus productos?
R Semanalmente voy a los mercados de los distintos pueblos de Mallorca, no a todos, al igual que a las ferias. Hay una gran diferencia entre los mercados y las ferias. En los mercados los clientes mayoritarios son los mallorquines que necesitan algún utensilio. En verano en los mismos mercados encuentras mayor afluencia de turistas, que también adquieren alguna pieza.
Las ferias es totalmente distinto. Mucha asistencia pero pocas compras, ya que la gente viene más a pasear y ver la exposición que a adquirir algún producto, como no sea una pequeña pieza de cerámica fácil de transportar.
P Marratxí cada año celebra su Fira de Fang, ¿qué le parece?
R Es un buen espejo para las alfarerías, donde se pueden exponer nuestros productos cada año, dar a conocer nuestras novedades y al mismo tiempo dar a conocer nuestra tradición alfarera. Si hace buen tiempo hay mucha más asistencia de público. Y naturalmente más visitantes y más posibilidades de negocio.
P ¿No le parece demasiado larga?
R En mi opinión, sí. La gente que tiene un negocio abierto no puede atender al mismo si tiene que estar durante todo el día en la feria, principalmente entre semana, que si el tiempo no acompaña la afluencia de público es escasa.
P ¿Puede afectar a la presencia de alfareros de fuera?
R Vuelvo a repetir, personalmente sí, ya que el desplazamiento hasta nuestra isla es caro y luego está el alojamiento y la manutención diaria. Si a ésta añadimos el mal tiempo que alguna vez ha estado presente hace que la feria entre semana esté muerta, no creo que ante esta situación les sea rentable su participación en el evento.
