La historia de la pedanía salinera de Cas Perets es la de unos habitantes eminentemente dedicados al campo durante siglos, de contrabando, estraperlo, anécdotas y una vida relativamente tranquila. La de familias, casas, possessions y maneras de vivir; tradiciones y bases estructurales que marcan el conjunto de casas que es todavía.
De contarlo todo se ha encargado el doctor en Historia y en Economía por la UIB, Cristòfol-Miquel Sbert (Santanyí, 1943), quien está presentando estos días la Vida i històries d'un llogaret, un estudio de 152 páginas editado por Documenta Balear y que pretende llenar el vacío de información publicada sobre el núcleo formado por es Rafal Genàs, Son Ferrer y Cas Perets, situado al noreste del municipio de ses Salines, a unos tres kilómetros del pueblo.
La familia de can Boira
El trabajo, fruto de una idea y mucha información del maestro Jaume Burguera Rigo, es una escrupulosa recopilación de fuentes orales y escritas que ayudan a discernir la evolución y el cambio de sociedad peretera, y no solamente de su evolución territorial.
La historia de Cas Perets como pedanía de ses Salines, nace con la independencia de Santanyí, el uno de junio de 1925, aunque, evidentemente, su constitución como entidad fuera muy anterior. Tierra de secano, agricultores, algunos pescadores y oficios al margen de la ley, construye su primera iglesia en 1797, en la casa de Son Ferrer.
Doce años antes, por ejemplo, se sabe que su población era de 150 habitantes, 290 en 1840 y de 164 habitantes distribuidos en aproximadamente 30 casas en 1924, cuando el censo determina que el grado de analfabetismo era del 72% entre los hombre y el 90% entre mujeres.
Las hermanas Barceló y su madre.
