La comisión insular de Patrimonio Histórico del Consell de Mallorca rechazó ayer por unanimidad el proyecto hotelero que el magnate británico Richard Branson quiere ejecutar en la finca de Son Bunyola, en el municipio de Banyalbufar, debido a su elevado impacto sobre el entorno de máxima protección urbanística de la emblemática possessió que había sido adquirida de nuevo por el propietario del imperio Virgin el pasado año 2015, después de haberla vendido en 2002 precisamente por la negativa del Consell a prestar su autorización para construir un macrohotel de lujo en las instalaciones de Son Bunyola.

Ahora, 17 años después de aquella venta, la historia se repite. La comisión insular de Patrimonio Histórico decidió rechazar ayer el proyecto hotelero presentado por el equipo de arquitectos de Branson porque es "demasiado agresivo" con el entorno de la possessió, declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) y ubicada en plena Serra de Tramuntana, según explicó ayer la directora insular de Patrimonio, Kika Coll. Por este motivo, la comisión instó a la propiedad de Son Bunyola a presentar otro proyecto que se ajuste más a las características del entorno natural y etnológico, en el que destacan los bancales típicos del municipio de Banyalbufar.

Coll añadió que el proyecto presentado por el equipo de Richard Branson incluye algunas construcciones en el exterior de la possessió que son demasiado impactantes. En concreto, el diseño que pretendía obtener el visto bueno de Patrimonio contempla una serie de aparcamientos, zonas ajardinadas y piscinas que, según los miembros de la comisión patrimonial del Consell, "no son adecuados" en la finca de Son Bunyola. La reunión celebrada ayer se limitó a ratificar el informe técnico que desaconsejaba, por unanimidad, la aprobación del proyecto hotelero y proponía a la comisión política que instase a la propiedad de Son Bunyola a presentar un nuevo proyecto más amable con el entorno de la finca.

"El mejor hotel del mundo"

En este sentido, la directora insular de Patrimonio añadió que "cuando un proyecto se pasa de medida hay que pararlo, independientemente de quien sea el promotor", en referencia al multimillonario Richard Branson. "Es una lanza a favor de la defensa de nuestra tierra", apuntó Coll respecto a la decisión de la comisión patrimonial.

El fundador de la multinacional Virgin, un enamorado de Mallorca, ya había comprado en el año 1994 la finca de Son Bunyola, un predio de tres millones de metros cuadrados, con la intención de construir "el mejor hotel del mundo" en plena Serra de Tramuntana, según sus propias palabras. El magnate compró la finca por 500 millones de las antiguas pesetas y tenía previsto invertir en la possessió otros 3.500 millones de la anterior moneda. Posteriormente, compró las fincas anexas de Son Valentí, Son Cresus y Son Balaguer, llegando a controlar una tercera parte de todo el municipio de Banyalbufar.

No obstante, la negativa del Consell a autorizar la reconversión de la finca en un macrohotel de lujo llevó a Branson a venderla en 2002.

Después de volver a comprar la finca hace cuatro años, el millonario británico no se da por vencido en su voluntad de abrir un hotel en Son Bunyola, aunque ha vuelto a topar con la negativa del Consell, que le obliga a rehacer de nuevo el proyecto para que se ajuste a las peculiares características del impresionante paisaje donde se ubica el predio.