La larga sequía que padece la ‘foravila’ mallorquina provoca una seria preocupación en el sector, principalmente por el déficit de forraje para el ganado, una consecuencia del insuficiente crecimiento de los cereales, que este año no han podido beneficiarse de las lluvias invernales, casi inexistentes en la isla. Las principales organizaciones agrarias, Asaja y Unió de Pagesos, han sido convocadas mañana lunes en la conselleria de Agricultura para participar en la mesa de la sequía, en la que piensan exponer los problemas del sector para instar a la administración a adoptar medidas de urgencia encaminadas a paliar los graves efectos de la falta de lluvias en el campo.
Joan Simonet, gerente de la organización Asaja, que lleva varios meses reclamando la convocatoria de la mesa de la sequía porque “esto se veía venir”, explica que las lluvias del pasado fin de semana han sido positivas para los frutales, la viña y determinados cultivos de cereales “con tierras más buenas”, pero no han sido suficientes para paliar la sequía en los terrenos con sustratos “más pobres”, principalmente en el Migjorn de la isla y en otras zonas del Ponent y el Nord. En estas zonas el cultivo de general será “muy mal o nulo”, mientras que en los terrenos del Pla, de mejor calidad, “será regular o mediocre”, porque “han aguantado mejor la falta de lluvias entre febrero y marzo”.
Los principales perjudicados de esta situación, según Simonet, serán los ganaderos, que “no tendrán el forraje suficiente” para alimentar a sus animales. “Lo poco que se ha segado se guarda para pasar el verano, y puede pasar que no baste y tenga que comprarse el forraje en la península”, señala. Aunque no es un problema global de toda la isla. “Algunas zonas han resultado mucho más perjudicadas que otras”, apunta Simonet, cuya organización todavía no ha calculado las pérdidas económicas que se derivarán de esta situación de sequía. “Lo primero que hay que hacer es hablarlo, recoger información de los payeses y realizar un análisis real de la situación”, añade el gerente de Asaja, molesto porque considera que el Govern ha reaccionado “tarde”.
“Situación crítica”
Por su parte, Sebastià Ordines, secretario general de Unió de Pagesos, opina que la situación “es bastante crítica para los cereales” y señala las zonas de Ariany, Petra, Montuïri y el Migjorn de la isla como las “más afectadas”. “Un payés me dijo recientemente que si en abril no llovía entre 60 y 70 litros ya no sacarían las cosechadoras, y si finalmente las sacan solo alcanzarán entre un 30 y un 40 por ciento de la cosecha habitual”, añade. “El problema es que en los meses del año en los que llueve más no ha habido precipitaciones”.
Unió de Pagesos coincide con Asaja en que la falta de forraje para el ganado es la consecuencia más negativa de la sequía. “Los payeses que siembran para los animales y los ganaderos que tienen vacas están muy preocupados; viven de lo que comen las vacas y ahora no hay comida, es un pez que se muerde la cola”, lamenta Ordines.
Esta organización no tiene previsto solicitar subvenciones directas al Govern. “La situación debe analizarse caso por caso y existen otras fórmulas para ayudar a los payeses además de las subvenciones”, explica. “Si volvemos a tener un verano tan seco como el de 2016, cuando la sequía era mucho peor, tenemos que estar preparados, ya que aquel año las soluciones llegaron tarde”, recuerda el secretario general de Unió de Pagesos.
A su entender, algunas medidas que podrían aplicarse pasarían por la compra de forraje por parte del Govern para repartir entre los payeses o por subvencionar la compra de semillas destinadas a los cerealistas de cara a la próxima temporada de siembra. Otra solución sería la apertura de líneas de capital circulante para que la Conselleria asuma los intereses del primer año en los casos en los que los payeses se vean obligados a solicitar créditos para comprar el forraje.
Situación “no comparable” a 2016
Por su parte, fuentes de la Conselleria han explicado que “se ha hecho un seguimiento de la situación para ver qué medidas hay que tomar”. La reunión de mañana servirá para “poner en común” los objetivos con el sector.
El Govern admite que la sequía ha perjudicado al sector y que la preocupación de los agricultores está “motivada”, pero precisa que la situación “no es comparable” a la del pasado año 2016. “Los daños no son generales en intensidad y en consecuencias”, apuntan las fuentes, ya que “esta situación ha afectado de manera desigual en Mallorca”, si bien “ha influido en la época de siembra de los cereales”.
