El departamento de Urbanismo del ayuntamiento de Manacor ha enviado este año más de 5.000 cartas a propietarios de inmuebles del municipio construidos entre 1936 y 1955, avisándoles de la necesidad de tener que pasar obligatoriamente la Inspección Técnica de Edificios. Aunque en esa lista de correo se les ha olvidado incluirse a ellos mismos, es decir, a las cinco propiedades municipales que debían cumplir con la ordenanza.
Eso es lo que le recordó este lunes a la concejala Isabel Febrer, la coalición Més-Esquerra, quien no entiende que el consistorio quiera hacer cumplir con la norma de seguridad a sus ciudadanos, pero no se la aplique a él mismo. Algo que la propia regidora admitió, pero que ayer matizaba: "Es cierto que se nos ha pasado y que debemos corregirlo, pero también es verdad que de esos cinco inmuebles, dos están en proceso de reforma estructural, con lo cual estaba previsto que después fueran evaluados".
Una cifra que la oposición no solamente no comparte, sino que augura que puedan haber hasta 449 propiedades del Ayuntamiento que no hayan pasado el preceptivo informe (cuyo olvido puede llegar a costar hasta 3.000 euros de multa). "Es una cifra irreal, puesto que aquí cuentan espacios que no son viviendas, como los viales, por ejemplo", responde Febrer.
Así y según el criterio consistorial, los edificios municipales que todavía no han pasado ningún control de 'salud', serían la escuela rural de s'Espinagar, un inmueble del carrer Nou (cerrado por problemas de seguridad cuando pertenecía a la concejalía de Educación) y las denominadas Cotxeres, junto a la antigua escuela de música y donde hasta ahora se impartían talleres de Servicios Sociales. Así como también la antigua sede el Museo Arqueológico, situado al lado de la parroquia de Els Dolors y que hoy en día gestiona el Patronat de Sant Antoni.
Tema a parte es el del colegio de Educación Infantil de Sa Torre, quien hace un mes tuvo que ser desalojado de manera urgente al descubrirse un grave problema de hormigas blancas (termitas) que afectaban directamente la zona de las bigas y toda la cubierta, que deberá ahora ser sustituida. "En este caso debemos cerciorarnos si la inspección le corresponde a la conselleria de Educación".
A mejor ritmo que en 2017
Pese a que el Ayuntamiento aún no ha contabilizado qué porcentaje de vecinos que debían pasar la inspección de sus viviendas durante 2018 efectivamente lo han hecho, Febrer asegura que "hay una mayor implicación este año, ya que prácticamente cada día llegan al registro de entrada de Urbanismo informes, en su gran mayoría favorables.
Cifras en todo caso mucho mejores a las del año pasado cuando, según el mismo registro municipal solo cumplieron con la normativa 1.207 propietarios de los 2.258. "Es una cuestión de tiempo y de que la gente se habitúe a pasarlas. Evidentemente siempre va a haber, como en todo, personas que no quieran hacerlo, y ahí será cuando intervendremos recordándoles que el incumplimiento conlleva una sanción".
Febrer también ha querido dejar claro que el hecho de que no se reciba la carta municipal alertando que el inmueble debe pasar la inspección, "no exime del cumplimiento, ya que el aviso es una mera deferencia que tenemos a modo de recuerdo, pero no es una obligación consistorial".
Cabe recordar que la ordenanza marca que durante 2019 deberán pasar el control los propietarios con viviendas construidas entre 1956 y 1965 (ambos años incluidos" y en 2020, aquellos con viviendas de entre 1966 y 1970.
