La empresa Cemex se mantiene inamovible en su decisión de cerrar la producción de cemento en la fábrica de Lloseta pese a las presiones del Govern y los sindicatos, que alegan que la planta es rentable. La reunión celebrada este lunes por la tarde entre los representantes de la multinacional, el comité de empresa de la fábrica y el conseller de Trabajo, Iago Negueruela, con la presencia del alcalde de Lloseta, Chema Muñoz, no ha servido para calmar los ánimos de los trabajadores, que preparan nuevas movilizaciones y reclaman la constitución de una mesa negociadora antes de que el próximo día 5 de noviembre se presenten los expedientes de regulación de empleo.

El único consuelo de la plantilla es que el Govern se ha posicionado a su favor. "Trabajaremos conjuntamente para velar por el mantenimiento de los puestos de trabajo, veremos qué escenario se abre a partir de ahora", ha señalado el conseller Negueruela al finalizar la reunión. "Hay que buscar una solución que no sea el cierre de la fábrica, esperemos que la empresa esa sensible y abra una negociación en este sentido", ha añadido.

No obstante, según han apuntado los representantes del comité de empresa, los tres ejecutivos de la multinacional que han acudido a la reunión, que no han querido hacer declaraciones a los medios, no han ofrecido ninguna alternativa al cierre. "Será una lucha larga, la empresa no ha demostrado ningún síntoma de que vaya a cambiar de opinión ni ha concretado ninguna alternativa, solo quiere negociar la salida de los trabajadores", lamenta el presidente del comité de empresa, Vicenç Villalonga.

En la misma dirección se ha pronunciado Roberto Serrano, coordinador estatal de la construcción del sindicato UGT. "Más de 250 trabajadores dependen directa o indirectamente de la fábrica de cemento", ha explicado para agregar que "la empresa quiere que las instalaciones se mantengan solo para distribuir y almacenar, y para esto solo harían falta entre 8 y 10 trabajadores de los 104 que conforman la plantilla actualmente".

Por su parte, el alcalde Chema Muñoz también ha expresado su preocupación al final del encuentro. "La reunión no ha ido ni bien ni mal, hemos solicitado que antes del día 5 se alcance una base de acuerdo para que haya el mínimo de despidos posibles", ha declarado.

El edil ha insinuado que los esfuerzos sindicales deberán centrarse en minimizar la cifra de despidos, ya que parece claro que Cemex no quiere dar marcha atrás en su idea de cerrar la producción en Mallorca. "No creo que la cantera pueda volver a abrirse porque la empresa dice que la fábrica no es viable y que son más rentables otras canteras de fuera, no sabemos todavía cuántos trabajadores podrán mantenerse", concluye.

A las cuatro de la tarde, poco antes del inicio de la reunión en la conselleria de Trabajo, unos cincuenta trabajadores de la planta de Lloseta se han manifestado en el exterior de las instalaciones para reclamar la continuidad de la producción. "Hemos luchado para que la fábrica permanezca abierta y mira cómo nos lo pagan, nos sentimos tricionados", han denunciado. "Hace unos días que tanto los hornos como la piedra de la cantera están cerradas por decisión de la empresa", añaden los miembros de la plantilla, que ven el cierre "irreversible". En la actualidad "solo funciona la venta de cemento envasado".

Los trabajadores creen que desde junio y julio la empresa Cemex "ya había tomado la decisión de cerrar", algo que podría dejar en la calle "a más de cien padres". Se observa una actitud de desánimo entre la plantilla.