El pasado 28 de diciembre el túnel de Sóller pasó a ser gratuito para todos los conductores después de que el Consell materializara el pago de una indemnización de más de 17 millones para rescatar la concesión. Se ponía punto y final así a una controversia que hasta entonces se situaba en el plano político, ya que desde que la gratuidad se ha hecho efectiva la polémica se ha trasladado a las calles de Sóller y Fornalutx. Además de los problemas que han generado los cortes que ha sufrido la vía subterránea, la gratuidad ha conllevado la saturación de las carreteras del valle y de los aparcamientos, algo que ha generado crispación entre los vecinos que denuncian como el flujo de visitantes se ha disparado desde diciembre. En contraposición, el Consell de Mallorca guarda silencio y no quiere dar a conocer las cifras de tráfico que registra el túnel en sus primeros meses de gratuidad. Alega que lo hará a mediados de 2019 después de reconocer que solo en el mes de enero el tráfico se disparó un 5,5% más que en el mes anterior hasta situarse en los 8.000 vehículos al día. Lo justificó diciendo que era fruto de que los conductores que antes iban por el Coll pasaron a utilizar la galería subterránea.