Colapso financiero, en forma de deuda, en el aparcamiento para poder dar fluidez y seguridad al tráfico. Esto es lo que está pasando en el colegio Fossaret de Sóller. El equilibrio entre lo posible y lo necesario ha sido imposible de lograr y ahora la balanza se desnivela por completo en términos económicos.
La conselleria de Educación reclama un millón de euros al Ayuntamiento por el sobrecoste del parking del nuevo colegio público y la casa consistorial se declara insolvente para afrontar tal cantidad. Todo hace pensar que la deuda se estancará porque la pretensión municipal de que el Govern condone el pago tiene pocos visos de prosperar. Todas las administraciones, con Montoro de por medio, tienen sus arcas lesionadas o cuando menos estancadas, así que los tiempos no están para alegrías ni generosidades.
Parece más factible la segunda opción de establecer plazos de pago que, vaya usted a saber si podrán cumplirse. El colegio y el aparcamiento están hechos y el sobrecoste también ha entrado en la escuela en forma de deuda. Pero nadie tiene aprendida la lección de la solución.
