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Lletra menuda

Paisaje herido entre diferencias

Lo más asombroso e incomprensible de la paralización de obras en la Caleta de Portals Nous es que se haya tenido que llegar a ella en las condiciones actuales, cuando el daño ya está hecho y la reconstrucción, o por lo menos el respeto, al paisaje se vuelve muy difícil y costosa.

Los vecinos y usuarios se quejan de que les han dado un vuelco, hasta dejarla irreconocible, a la cala de toda la vida, el Ayuntamiento sostiene que era imprescindible hacer el talud y adecentar accesos por cuestiones de seguridad, el GOB ha detectado una agresividad que conduce a la "privatización y a la degradación" dentro de un entorno muy alterado por las construcciones. Demarcación de Costas ha acabado paralizando las obras cuando éstas ya están muy avanzadas. El PP ya había alertado de un posible delito medioambiental y puesto en sobre aviso al Seprona. Todo ha ocurrido cuando desde el Ayuntamiento se reconocía que faltaba "definir adecuadamente" la situación y acumulaban parones anteriores por las quejas recibidas.

Tarde y mal con irritación, preocupación y costes no compensados con buena inversión pública. ¿No hubieran podido sentarse antes todos en una mesa, desenfundar ideas, extender la colaboración y hallar una solución adecuada para la Caleta? Está visto que todavía estamos lejos de dar con esta generosidad de miras y capacidad de consenso y eficacia.

Es necesario dotar de un uso seguro y compatible con el paisaje a la Caleta de Portals Nous, pero también ha quedado en evidencia que, antes que la cala, urge reparar el modo de gestión de estos asuntos para evitar consecuencias como las actuales.

Ahora costará más, y no solo en el sentido económico, deshacer lo mal hecho y volver a partir de cero. Es el resultado de la precipitación y la unilateralidad un tanto tozuda.

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