La residencia de Campos atraviesa una situación nada excepcional: tiene mayor demanda que oferta y, en consecuencia, la necesidad imperiosa, no solo de ampliar instalaciones, sino también de adecuarlas a las exigencias de servicio y legalidad que imperan en la actualidad.
Este es el común denominador de los centros geriátricos de Mallorca impuesto por dos factores coincidentes, el incremento constante de residentes estables y la dilatación de la esperanza de vida. A todo ello hay que añadir todavía los nuevos usos sociales y laborales que aminoran la capacidad de atención familiar permanente hacia los dependientes.
Estas son las causas por las cuales las residencias de personas mayores y asistidos se ven bajo una constante presión de incrementar plazas. Son los nuevos tiempos que obligan a una planificación no solo unitaria, sino también de conjunto de toda la red insular.