El equipo de gobierno de Junts Avançam y Unió Mollera Pollencina (UMP) está más solo que nunca. En el pleno extraordinario del pasado martes sufrió las consecuencias de gobernar en minoría y no consiguió aprobar los presupuestos de 2017 porque al esperado voto contrario del bloque de derechas (Tots per Pollença, PP y el regidor no adscrito Martí Roca) se le sumó el rechazo de los dos ediles de Alternativa en quienes el alcalde Miquel Àngel March confiaba para sacar adelante las cuentas. Por este motivo, el regidor anunció ayer que convocará un pleno extraordinario la próxima semana para someterse a una cuestión de confianza que se vinculará a la aprobación de los presupuestos del presente año.

El equipo de gobierno ha optado por esta fórmula ya puesta en práctica en el ayuntamiento de Barcelona debido al "escaso margen" existente para aprobar los presupuestos de este año, un trámite imprescindible para gestionar la corporación.

Si el alcalde obtiene apoyos suficientes en el pleno de la próxima semana (que todavía no ha sido convocado), los presupuestos de 2017 quedarán automáticamente aprobados de forma inicial. Si por el contrario, el número de votos en contra supera a los favorables en la cuestión de confianza, el equipo de gobierno pasará a gestionar el Ayuntamiento en funciones durante un mes, plazo en el que el resto de fuerzas políticas podrán negociar una moción de censura para relevar al alcalde y a su equipo de regidores. Si en 30 días la oposición no es capaz de llegar a un acuerdo, el equipo de gobierno volverá a asumir todas sus funciones y las cuentas quedarán automáticamente aprobadas de forma definitiva.

Fuentes del equipo de gobierno explicaron ayer que la opción más probable es la segunda, aunque añadieron que es "improbable" que la oposición presente una moción de censura porque necesariamente deberían ponerse de acuerdo Tots per Pollença y Alternativa, partidos totalmente antagónicos, ya que la ley antitransfuguismo invalida el voto del regidor Martí Roca, ex de El Pi.

El pleno del martes evidenció la crispación política que reina actualmente en la corporación municipal. Los portavoces de la oposición no se mordieron la lengua a la hora de criticar con dureza la gestión del pacto, que había presentado unos presupuestos que ascienden a 24,2 millones de euros. El alcalde March explicó que son unas cuentas "prudentes" con unos ingresos "suficientes" para mantener los gastos.

Los portavoces de la oposición se mostraron inflexibles ante lo que consideran unos presupuestos "poco realistas", "faltos de rigor" o "políticos", según el representante del PP, David Alonso. Más duro se mostró el edil no adscrito Martí Roca, que denunció la existencia de "irregularidades" en las cuentas y de un "desbarajuste muy grave a nivel económico". "No sé como pueden dormir por las noches", llegó a decir. Por su parte, el exalcalde Tomeu Cifre (Tots per Pollença) reprochó al pacto su "ridículo" por elevar los presupuestos al pleno aun a sabiendas de que no tenía los apoyos suficientes. "Han perdido la dignidad y no tienen vergüenza", espetó el portavoz.

El voto de Alternativa

Alternativa per Pollença justificó su voto en contra en la falta de "intentos" del gobierno local para "ganar la confianza" de la formación asamblearia, que critica al pacto por incumplir los acuerdos alcanzados a principios de legislatura.

Por su parte, el equipo de gobierno criticó a la oposición por "no presentar ninguna sugerencia" a los presupuestos. A pesar del negro panorama, el pacto afirmó ayer que "mantiene la firme voluntad" de cumplir los acuerdos suscritos con Alternativa per Pollença para conseguir el apoyo de los asamblearios.