-¿Por qué se retira precisamente ahora, justo antes de la nueva etapa de ampliación del hospital, si todavía no ha cumplido los 65 años?
-Es cierto que para el centro se abre una etapa ilusionante, nueva, pero he decidido que ya era suficiente. Seguiré pasando consulta en dos clínicas privadas de Palma pero solo tres días a la semana. Para mi ha sido una etapa muy bonita de mi vida, pero también ha habido un desgaste personal importante. Precisamente creo que es mejor dejarlo antes de que empiecen las obras.
-¿Ha aumentado la edad en que la mujer tiene su primer hijo?
-Sí, va aumentando. Actualmente la media se sitúa en casi 32 años, lo cual es tarde. Pero esto pasa tanto aquí como en el resto de España. Ha subido bastante si cogemos como referencia la media de hace solo quince años, que era de 27.
-¿Por qué?
-Las mujeres deciden diferir la maternidad pensando sobre todo en que ahora existen más facilidades reproductivas, lo cual no deja de ser un pensamiento erróneo en el sentido de que no es tan fácil quedarse embarazada a los 42 años. La mujer, antes de tener a su primer hijo, quiere primero acabar de formarse y lograr un lugar de trabajo estable. Por ejemplo las profesionales de este mismo hospital lo tienen a los 33 o 34 años de media.
-O sea que en la zona de influencia de Manacor ha habido un descenso de los partos.
-Sobre todo se acusó bastante durante la crisis, entre los años 2008 y 2013. En 2007 registramos el tope de partos en un año, con 1.315. en 2013 pasamos a solo 920. Por primera vez desde 2010, en 2016 hemos vuelto a sobrepasar los mil (1.020).
-¿Y qué compensa la poca natalidad autóctona?
-La natalidad es más alta en las zonas de costa y entre las mujeres inmigrantes.
-¿De qué porcentaje estaríamos hablando?
-En el hospital de Manacor aproximadamente un 40% de los bebés son de madres extranjeras, sobre todo de Marruecos. Uno de cada cuatro niños que nacen actualmente en Manacor son marroquíes. Después vendrían los niños de madres de la Europa del este y de Sudamérica.
-¿Nacen más niños o niñas?
-Aquí siempre han nacido más niños, en un porcentaje del 55%, por el 45% de niñas.
-¿Cuál es el tanto por ciento de cesáreas en el hospital de Manacor?
-En los últimos veinte años se sitúan entre un 11 y un 19% anual. Estos dos últimos años han sido los más bajos, con un 11,4% en 2015 y un 12,4% en 2016.
-¿Eso es bueno o malo?
-Digamos que seguimos unos estándares por los cuales hacemos las cesáreas que están perfectamente justificadas clínicamente. De hecho, nuestra forma de actuar fue premiada en 2009 por el Ministerio como buena práctica clínica.
-¿Qué consecuencias negativas podría tener hacer más cesáreas?
-Pues el hecho de que condiciona un segundo parto. En muchos centros hospitalarios, si la madre ha tenido su primer bebé por cesárea, eso hace que se tienda a actuar de la misma forma en el siguiente. Es un círculo vicioso.
-¿Y en cuánto a la aplicación de la epidural, cuándo es necesaria?
-La epidural está abierta a todas la madres. Pueden elegir junto al anestesista qué es lo más conveniente o lo que quieren.
-Hubo un tiempo que en que un hospital parecía mejor cuantas más epidurales aplicaba...
-Sí, antes era un estándar de calidad. Ahora los índices de calidad se calculan por el número de epidurales aplicadas respecto a las que han sido solicitadas. En Manacor aproximadamente un 60% de las madres paren con anestesia epidural. Entre un 35 y un 40% no la quieren y en un 5% de los casos no llegamos a tiempo. O sea que se les administra a más de un 90% de las mujeres que la piden.
-¿Depende del estatus social o de la cultura?
-Depende de las convicciones. Lo que sí es cierto es que casi ninguna de mujeres marroquíes la pide. Más que nada porque no suelen acudir a la cita con el anestesista anterior al parto.
"Casi ninguna mujer marroquí pide la epidural, sobre todo porque no acuden al anestesista"
-¿A qué edad debería una mujer acudir por primera vez al ginecólogo?
-A partir de que empiece a tener relaciones sexuales. Más que nada para que puedan tener información profesional de primera mano. En el caso del control de citología, hoy en día no sería necesario hasta los 25 años. Antes es casi perjudicial. El principal riesgo está en el virus del papiloma humano; aunque en uno o dos años la parasitación tiende a desaparecer.
-¿A cuántas mujeres en edad fértil puede afectar el virus del papiloma aquí?
-Estoy seguro que entre las mujeres de 20 a 25 años, un 30% de ellas daría positivo. Lo que baja al 5% cuando llegan a los 29 años.
-¿Cada vez se retrasa más la edad pues de asistencia al ginecólogo?
-No especialmente. Hay casos de jóvenes de 12 y 13 años que viene acompañadas de sus madres para que las orientemos en los métodos anticonceptivos.
-¿Cuántos abortos se practican en Manacor?
-Unos quince al mes desde que se aprobara la ley de Zapatero de la interrupción del embarazo libre y voluntaria hasta las 14 semanas. O sea, asumida por el sistema público de salud. hasta las nueve semana es un aborto bioquímico, lo que es relativamente barato. Entre la semana nueve y la catorce ya es quirúrgico y se practica en un centro concertado, no en el propio hospital.
-¿Es una cifra preocupante?
-Quince no es una cifra muy elevada. El problema es que tenemos muchas repetidoras, lo que significa que tanto nosotros como los Servicios Sociales deberíamos trabajar más a fondo en este sentido, porque no puede ser que una chica a los 23 años haya abortado ya cuatro veces. Y eso sucede y significa que no funcionamos bien como sociedad.
-¿Qué opina de los vientres de alquiler?
-Pienso que es una buena salida para mujeres que se encuentran incapacitadas ginecológicamente para tener hijos o para parejas homosexuales. Pero aunque pueda estar de acuerdo en ello, también hay que pensar en hasta qué punto esas madres alquiladas son mercantilizadas. Antes muchas de esas madres de alquiler eran de los Estados Unidos; ahora son cada vez más de Vietnam, la India o México.
-¿Qué recuerdos se lleva de Manacor?
-La experiencia y la humanidad que he sentido como médico y como persona. Las emociones vividas, muchas de ellas derivadas a mi implicación con los problemas de mis pacientes, de los cuales nunca he sido ajeno.
-¿Cuándo empezó a trabajar en el hospital de Manacor?
-En 1997. Estoy desde el primer día que abrió y empezó a funcionar, el uno de marzo. Así que hace ya veinte años; Cuarenta desde que empecé a ejercer la profesión.
-¿Fue cuando llegó a Mallorca?
-No. Vine a la isla a trabajar por primera vez cuando hice el MIR en el Verge de Lluch, lo que después fue Son Dureta. Acabé la carrera en Madrid, en 1976, y de ahí me fui a hacer la mili a San Javier (Murcia) en aviación. Allí fui médico de pueblo. ¿Le cuento más?"El problema de los vientres de alquiler es que pueden ser una mercantilización de la mujer"
-Por favor
-En 1981 me fui un año a trabajar a un hospital de Sierra Leona, donde como comprenderá tuve que hacer un poco de todo, desde consultas hasta cirugías. Hasta que en 1982 regresé a Palma como ginecólogo en el ambulatorio del Carme. De ahí, en enero 1983, pasé al hospital Virgen de las Nieves de Eivissa que en aquellos momentos contaba solamente con 60 camas. hasta que en diciembre de 1984 abrieron Can Misses.
-¿Y volvió a marcharse?
-No, allí permanecí catorce años, aunque entre medias me fui durante nueve meses a Nicaragua, en 1988.
-Veo que lleva el número once, lo que indica que tuvo el trabajo de iniciar el servicio de Ginecología de cero en Manacor. ¿Cómo recuerdo aquellos meses?
-Fueron unos comienzos muy interesantes, la verdad; una experiencia muy ilusionante, porque como dice me tocó organizar desde los quirófanos hasta los paritorios o las consultas, así como establecer circuitos. Además hay que recordar que empezamos como personal laboral y no como estatutarios.
-Decían que era el sistema de gestión del futuro hospitalario...
-Sí, el futuro parecía ir encaminado a ese sistema de fundación, que tenía muchas cosas buenas. Teníamos nuestro propio convenio laboral, y un reconocimiento económico por el trabajo realizado. Pero era un esfuerzo personal enorme por parte del personal. a la vez nos dábamos cuenta de que aquello tenía fecha de caducidad.
-Usted llegó también a ser gerente ¿no?
-Efectivamente, en 2003 y durante seis meses. faltaba medio año para las elecciones cuando la anterior directora, Catalina Ramon se puso muy enferma. Como preferían que nadie de fuera se 'quemara' y tuviera que marcharse si cambiaba el color político, me lo propusieron y acepté. Efectivamente el Govern cambió y cesé en mis funciones. Pero no pasó nada, volví a mi labor como jefe de servicio de Ginecología.
-¿Por qué el centro ya nació pequeño?
-Porque era un hospital comarcal. De hecho lo somos, pero con pretensiones de ser algo más, con más servicios de los que tendría uno al uso, lo que habla muy bien de los profesionales que trabajan en él. Al cabo de cinco años de abrirse el espacio ya era insuficiente.
-¿También el área de Ginecología?
-Con el nuevo plan funcional para reformar y ampliar el hospital, el área de Obstetricia pasará a tener el doble de superficie. Ahora mismo disponemos de tres paritorios pequeños. Tampoco hay espacio suficiente para poner una piscina para dilatación y parto en el agua, que con la reforma sí que tendremos, por ejemplo.
