El municipio de Marratxí es famoso, entre otras cosas, por sus fabricantes de cuchillos. Joan Campins Sureda regenta una de las cuchillerías de la localidad. Forma parte de la cuarta generación de una familia que se dedica desde 1860 a la elaboración de cuchillos y otros utensilios necesarios tanto en las labores del campo como en otros oficios. Asegura que sigue teniendo en cuenta los métodos tradicionales de su oficio.
-¿En qué año se estableció la primera cuchillería de su familia?
-Fue en el año 1860 y se ubicó en la ‘placeta d’es Pou’. La montaron los tres hermanos Campins Fiol, Pere, Sebastià y Joan.
-¿Continuaron los descendientes de los hermanos en el oficio?
-A mí no me consta. Este taller lo montó mi abuelo, que era desciendiente de Pedro Campins Fiol.
-¿A qué edad empezó a trabajar en la cuchillería?
-A los 16 años empecé a trabajar y hacer montajes, pero recuerdo que cuando era niño mi abuelo, si no me había portado bien, me castigaba de tirar de la cadena del fuelle para hacerlo funcionar.
-¿En aquellos tiempos, además de los cuchillos, qué se hacía más?
-Aún hoy en día continuamos haciendo los mismos cuchillos, como el ‘ganivet’, el ‘trinxet’, las ‘destrals’ y los ‘xorracs’. La única herramienta que hemos dejado de fabricar es la ‘falç’, ya que actualmente se fabrican de manera industrial y el precio de venta de estas es muy inferior al que yo debería poner porque las mías son de fabricación propia.
-¿Cada cuchillo tiene su función?
-Sí, cada uno está diseñado para un oficio en concreto. Tenemos el de pastor, el de pescador, el de porquero, el de empaltador, la ‘gaxola’, que es un ‘trinxet’ más recto, el de pescador con red... Todos estos tiene una forma distinta y adaptada al destinatario o a la profesión.
-¿Qué tiempo invierte para hacer uno de estos cuchillos?
-Nunca lo he calculado de una manera extacta, pero creo que con una hora tendría suficiente.
-¿Cuál es el procedimiento para hacer los cuchillos?
-Primero la forja del mismo, empezamos a endurecer el metal para darle el corte, después se hace la parte del corte con una afiladora y se templa el mismo, que es cuando se la da la dureza final al cuchillo. Seguidamente se afila bien afilado y se le da el corte definitivo, y finalmente se pule. Luego procedemos a realizar el mango para después acabar de montar el cuchillo.
-¿Ha hecho algún cuchillo para un nuevo uso?
-Sí, el de sobrasada. Me inspiré en uno que fabricó el Govern balear para una exposición en el extranjero. Y partiendo de esta base lo adapté, junto con el cuchillo de esparcir mantequilla. Reduje el tamaño y cambié el diseño. Actualmente tiene mucho éxito entre los profesionales de la cocina y muchos extranjeros.
-¿Actualmente forja muchas herramientas para el campo?
-No, ahora me dedico más a los cuchillos. Fabrico algún que otro ‘xorrac’ o pala de palmera. Muchas herramientas, como las hoces o guadañas, como he comentado anteriormente, se fabrican de manera industrial y no podemos competir por precio. Otro de los aspectos a tener en cuenta es el gran grado de mecanización de la payesía. Muchos trabajos que antes se realizaban a mano ahora se hacen con medios mecánicos.
-¿Ha recuperado alguno de los trabajos que realizaba su abuelo con los cuchillos?
-Sí, hemos vuelto a las raíces, de cuando mi abuelo realizaba los cuchillos, ya que él mismo también confeccionaba el mango de madera a partir de una ‘soca’. Actualmente, en lugar de compralos, los hago yo mismo en el taller que tengo anexo al lugar donde trabajo el metal. Por tanto, se puede decir que los cuchillos que nosotros confeccionamos son totalmente artesanales, ya que tanto el mango como la hoja están hechos a mano.
-¿Llegará la quinta generación al frente del negocio familiar?
-Espero y deseo que sí, tengo cuatro hijos y son posibles continuadores de la tradición. A mí me gustaría y llenaría de orgullo que alguno de ellos continuara con esta tradición familiar que se remonta al año 1860.
*Fabricante de cuchillos artesanale
