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Comarcas

Un año de poca gestión y desencuentros

Hoy se cumplen doce meses de una legislatura que ya ha dejado una moción de censura en Manacor y en la que el gobierno local de dos ayuntamientos se tambalea por las negociaciones iniciadas por la oposición

Pedro Rosselló, alcalde entrante de Manacor, y Miquel Oliver, alcalde saliente, el día de la moción de censura.

Hoy, 24 de mayo de 2016, se cumple un año exacto de las elecciones municipales que diseñaron un nuevo mapa político en Mallorca, en el que la pérdida de protagonismo del PP y el auge de las nuevas formaciones progresistas fueron las principales consecuencias.

Doce meses después, un ayuntamiento (Manacor) ya ha cambiado de alcalde y equipo de gobierno y otros están a punto de hacerlo para cumplir los acuerdos de gobernabilidad. En algunos consistorios, además, se escucha ruido de sables y planean posibles mociones de censura contra alcaldes en minoría.

Sin embargo, en la gran mayoría de corporaciones municipales el primer año de legislatura ha pasado sin pena ni gloria, sin grandes alardes políticos ni derroches económicos. En ocasiones, la voluntad de cambiar inercias políticas por parte de nuevos e inexpertos gobernantes ha chocado con la realidad de una gestión municipal poco acostumbrada a las pequeñas revoluciones. En general, a excepción de algunos detalles para marcar distancias con los anteriores gestores, los ciudadanos no han notado grandes cambios en la administración municipal.

Los cambios: La izquierda solo resistió cinco meses en Manacor

La emoción que invadió a los 'manacorins' progresistas el día en el que Miquel Oliver (Més-Esquerra) asumía la vara de alcaldía para liderar el primer equipo de gobierno de izquierdas (Més-Esquerra, PSOE y Volem) desde los años 80 se esfumó apenas cinco meses después, cuando el propio Oliver fue desbancado del primer sillón debido a una moción de censura celebrada el 4 de noviembre que situó al popular Pedro Rosselló al frente del Ayuntamiento con el apoyo de El Pi y los porteños de AIPC-SYS.

Fueron 144 días de gestión inacabada, un periodo en el que el equipo de gobierno formado por nueve ediles progresistas solo tuvo tiempo de transmitir algunas declaraciones de intenciones y poco más. Miquel Oliver gobernó durante todo este tiempo con la presión añadida de saber que la moción de censura en su contra solo era cuestión de tiempo.

La restricción de aparcamientos en Cala Varques, la eliminación del privilegio de los regidores para aparcar frente al Ayuntamiento o la denegación al Ejército de la celebración de un concierto conmemorativo de los 300 años de la creación de la Capitanía General son algunos de los escasos gestos que tuvo tiempo de demostrar Oliver en la alcaldía, un aperitivo de lo que pudo haber sido y no fue. El eterno problema de la revisión del PGOU era uno de los caballos de batalla del pacto progresista, aunque solo le alcanzó para anunciar un calendario.

Próximos relevos: Sineu será el primer municipio en relevar al alcalde

Un año después de la investidura, algunos ayuntamientos ya preparan relevos en la alcaldía en cumplimiento de los acuerdos entre los partidos. El primero de ellos será Sineu, donde el veterano Josep Oliver 'Pavarotti' (El Pi) cederá la vara a su socio Miquel Gelabert (Gent per Sineu) el próximo 11 de junio. La formación progresista asumirá la alcaldía hasta el final de la legislatura. El propio 'Pavarotti' permanecerá un año más en el equipo de gobierno y después renunciará al acta a favor de otro edil regionalista para renovar el partido.

Llucmajor podría ser el próximo, ya que los tres partidos que gobiernan el Ayuntamiento (PSOE, Més y El Pi) pactaron 16 meses de alcaldía para cada uno. El actual regidor, Jaume Tomàs (Més) renunciará al cargo el próximo mes de octubre a favor de Bernadí Vives (El Pi).

En Petra, el relevo se producirá en diciembre, cuando el actual alcalde Salvador Femenias (único concejal de El Pi) cederá el primer sillón a su socio Martí Sansaloni (PP), que presidirá el Ayuntamiento durante lo que resta de legislatura.

En Santa Margalida también está previsto un cambio de alcaldía a final de año, ya que PP y Convergència-El Pi pactaron el primer año y medio de alcaldía para los populares y los dos años y medio restantes para los regionalistas. En diciembre, Martí Torres (PP) cederá la vara a Joan Monjo, el omnipresente político 'vilero'.

Ya a partir del próximo año 2017 se llevarán a cabo nuevos relevos en ayuntamientos como Alaró, Ses Salines, Andratx, Son Servera o Sant Joan.

Inestabilidad municipal: Posibles mociones de censura en Maria y Binissalem

Han bastado doce meses para que los partidos que gestionan ayuntamientos en situación de minoría se hayan dado cuenta de las dificultades de gobernar sin los apoyos suficientes. En algunos pueblos, la inactividad municipal ha llevado a los partidos de la oposición a iniciar conversaciones para presentar una moción de censura contra sus respectivos alcaldes.

Son los casos de Maria de la Salut y Binissalem. En el municipio del Pla las formaciones de Més, El Pi y PSOE han iniciado negociaciones para desbancar al popular Toni Mulet después de que el acuerdo no fuera posible tras las elecciones. La incapacidad municipal de actualizar las normas subsidiarias, tumbadas de nuevo por el Consell, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Por su parte, en Binissalem también se han llevado a cabo negociaciones entre PSOE, Més y Unió per Binissalem, aunque de momento parece que hay demasiadas diferencias entre ellos para que la moción contra Jeroni Salom (PP) llegue a buen puerto. El acuerdo ya se intentó en septiembre, pero las discrepancias sobre las parcelas de poder abortaron el proceso.

Tensión: El primer año evidencia tensiones entre partidos

En otros municipios la sangre no ha llegado al río, pero el primer año de mandato ha evidenciado algunas tensiones entre socios de gobierno o bien entre gobiernos muncipales y formaciones que les prestan apoyo desde la oposición. Un ejemplo es Calvià, donde el PSOE y Sí se Puede gobiernan en minoría y precisan del apoyo externo de una Esquerra Oberta muy crítica con los socialistas para sacar adelante la gestión.

Un caso similar es el de Pollença, donde la coalición progresista Junts Avançam y los 'moller0s' de UMP no tiene los votos suficientes para llevar a cabo una gestión cómoda y se apoyan en los ediles de la asamblearia Alternativa per Pollença para aprobar sus propuestas.

En la mayoría de municipios en los que el 24-M cambió el mapa político todavía no se nota la mano de los nuevos equipos de gobierno, ya sea por limitaciones presupuestarias o por falta de iniciativas.

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