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Alcúdia

La campaña de llampuga se frena en seco ante la repentina bajada de las capturas

La temporada se cerrará con números altos a pesar del parón, ya se han alcanzado las 115 toneladas

Dos pescadores de Alcúdia apilan canastos de llampuga para trasladarlos a la lonja. Pep Córcoles

Los pescadores de Alcúdia, el mayor puerto pesquero de Balears desde este año por número de barcos, han parado en seco la campaña de llampuga. Prácticamente no sale ningún barco a faenarla desde el mes pasado. La situación es similar en el resto de puertos.

Fuentes de la Lonja explican que desde hace un mes aproximadamente se comercializan a diario entre 30 y 50 kilos de llampuga, algo muy alejado de las cifras que se manejaban hace solo 50 días en que podían subastarse varias toneladas en una sola jornada.

La razón estriba en la súbita desaparición de este pez. Los pescadores especulan sobre las razones aunque no existen informes científicos al respecto. Fuentes del sector aventuran a que la temperatura del agua es excesivamente alta para la época del año y el alimento de la llampuga escasea.

Un dato destacable sobre la actual campaña es que sólo al inicio de la misma, a principios de septiembre, la talla de los ejemplares capturados era anormalmente superior a la esperada. Antoni Garau, secretario de la Federación de Cofradías de Pescadores de Balears, opina que "probablemente la llampuga haya llegado este año antes y ya se hubiera alimentado mucho más que otros años".

Sea como fuere la realidad es que este pez, llamado llampuga haciendo referencia a los rayos de las tormentas, ya no se captura apenas este año.

Satisfacción

Aun así, el sector se siente satisfecho por el resultado global de la campaña. Este año se llevan capturadas 115 toneladas de pescado. Son datos del pasado viernes que no se moverán mucho dada la poca entrada en lonja.

La temporada de 2014 se consideró buena, y en esa campaña se llegó sólo a las 76 toneladas. Por esa razón, la presente no puede considerarse negativa. No obstante, sí que se debe tener en cuenta que hace dos años se llegó a las 146 toneladas de llampuga, algo que, por otra parte, es excepcional.

No se puede valorar negativamente la campaña por dos razones fundamentales, en opinión de Antoni Garau: la primera es el ya referido número de capturas y la segunda es que se ha mantenido equilibrada la oferta y la demanda. Eso ha posibilitado una estabilidad de precios en beneficio de los pescadores.

Los precios en venta al público han oscilado este año entre los 9 y los 14 euros el kilo. La política autorreguladora de establecer cupos de 200 kilos por día y barca que se comenzó a aplicar hace unos años está comenzando a dar buenos resultados, en opinión del sector.

Los pescadores están ahora en época de transición y mientras preparan las artes para iniciar la pesca del jonquillo (15 de diciembre) se dedican mayoritariamente al palangre de fondo y por tanto a capturas como el gallo, pagre, déntol o el cap roig.

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