En la rotonda de la plaza Madrid de Manacor existe un zoológico espontáneo, un lugar donde, sin demasiadas explicaciones concisas, un día aparecieron un gallo y diversas gallinas. Hoy, y tras el paso fugaz de patos y conejos, sobreviven los primeros y muchos de sus polluelos. El espacio es amplio, de unos 20 metros de diámetro, lo que les ha permitido desde hace casi un año escapar de los depredadores humanos e ir montando su Supervivientes particular.

El turista temerario

Como la estampa no es común, muchos conductores desaceleran su marcha para admirar la familia alada. A los locales ya prácticamente les trae sin cuidado; pero no así a los turistas que pasan por el paseo del Ferrocarril, camino de Palma o del club donde a veces entrena Rafel Nadal. Tal fue la sorpresa que sintió hace poco uno de ellos, que tuvo que detener su vehículo en seco y bajarse para echarles unas fotos. Todo sin contar que detrás había más coches y que su imprudencia le iba a costar un informe desfavorable a las pobres gallinas, por parte de la Policía Local.

Valladas para la feria

Pero como es mejor ir despacio que rápido por las rotondas, el Ayuntamiento ha considerado, ya que llega este domingo la feria agrícola y artesanal, vallar el perímetro de la particular isla avícola, no fuera a haber un maltrato o hurto inesperado. Ayer, una tela plástica anaranjada las protegía del exterior.