El acuario y centro de interpretación de Cabrera, situado en la Colònia de Sant Jordi, reabrió ayer sus puertas cinco meses después de que el pasado mes de noviembre problemas económicos obligaran al Govern a cerrar sus instalaciones. Ahora y con la empresa pública Tragsa al mando de la gestión, la conselleria de Medio Ambiente quiere evitar que la situación se reproduzca. Por ello ya se ha puesto en marcha un plan de explotación y mejoras que prevé un cambio y aumento de la señalización e información de cada una de las secciones de la infraestructura, y la apertura de una cafetería y una tienda de recuerdos y merchandising.

Una opción para atraer a más visitantes y las otras para, al menos, compensar los gastos de la apertura y mantenimiento. "Se quiere dotar al centro de interpretación de unos recursos sin los cuales se ha demostrado que es muy complicado subsistir", explicaba en las terrazas exteriores su director, Carlos Andray.

Eran las once y cinco de la mañana cuando uno de los cinco empleados que se encargaban de limpiar y poner a punto las instalaciones, abría las puertas del acuario e indicaba a una pareja de alemanes y una familia de es Llobards la ruta a seguir. Coincidiendo con la Fira-Espectacle de Ses Salines y a petición del Ayuntamiento, la entrada fue era gratuita durante toda la jornada. Eso sí, la rapidez en la reapertura y el hecho de que muchas de las zonas estén faltas de mantenimiento tras casi medio año cerradas, hizo que la visita quedara limitada al acuario y la subida por las rampas hasta el mirador desde donde el día permitía ver Cabrera.

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Desde mañana y hasta que duren las labores de puesta a punto, que según Andray se basarán en la limpieza de los estanques y la supervisión de toda la instalación eléctrica, la entrada pasará a costar la mitad de lo que se cobraba hasta el cierre, de ocho a cuatro euros para los adultos. Por las mismas razones también su horario se verá acotado a solo de tres a siete de la tarde.

Cabe recordar que fue este pasado martes cuando la Conselleria anunció oficialmente que el centro de interpretación abría de nuevo. Espais de Natura Balear (dependiente del ejecutivo autonómico) llegó a un acuerdo con la empresa Tragsa para que lo gestione por un periodo de cuatro años, ampliables a dos más. A cambio la empresa aportará al Govern 1,2 millones de euros, a razón de 347.792,77 euros el primer años y 298.556,77 euros por cada uno de los tres siguientes. Según la Conselleria esta cifra supone aproximadamente una cuarta parte del coste anual que hasta ahora destinaba Espais de Natura Balear al mantenimiento y gestión.

En enero el Govern ya intentó privatizar la gestión licitándola por 904.000 euros durante cuatro años. Por entonces ninguna empresa del sector quiso hacerse cargo de la infraestructura, quedando el concurso desierto.