La erosión de las playas de Muro y Can Picafort ha provocado un balance muy negativo para este ecosistema. La zona ha perdido casi 51.000 metros cuadrados de superficie en los últimos 50 años.

Así lo revela un estudio de la Demarcación de Costas en Balears, que analiza el movimiento del sedimento en las playas del arco oriental de Mallorca.

Los datos indican que, entre 1956 y 2008, las playas de Muro y Can Picafort han perdido 51.184 metros cuadrados de superficie de arena seca, mientras que solo se han depositado 249 metros cuadrados de sedimento. La pérdida media es de casi 1.000 metros cuadrados de superficie al año.

El jefe de la Demarcación de Costas, Celestí Alomar, manifestó que la tendencia de desplazamiento de la arena se está invirtiendo en los últimos años, gracias a la instalación de dispositivos como las trampas de arena.

Estos captadores, formados por barreras fijas de mimbre o cañizo, sirven para retener el sedimento y que no le afecten las corrientes de viento, el principal factor de erosión. La función de las trampas es sustituir la vegetación pionera que antaño había en las playas y permitía mantener la arena. En esta playa norteña, de casi 4 kilómetros de longitud, hay instalados unos 800 metros de trampas.

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