El ´posdelgadismo´ comenzará a visualizarse con más intensidad a partir del próximo martes. Ese día está prevista la celebración de primarias en el PP de Calvià para elegir al futuro candidato a la alcaldía, el líder de la formación más votada en las últimas elecciones municipales, con 8.666 votos. El elegido relevará a Delgado y a su forma de hacer política, aunque la ruptura, a priori, no será radical. Los tres candidatos que aspiran a ello –Manuel Onieva, Teresa Martorell y Bartolomé Bonafé– son deudores en buena medida del legado del actual alcalde.

Lo demuestran unos cuantos datos. Onieva, presidente de la junta local y alto cargo de confianza en el Ayuntamiento, es amigo personal de Delgado, quien esta legislatura dio amplios poderes a Martorell, responsable de una ´megaconcejalía´ de ocho áreas, además de ser la portavoz municipal. Queda Bonafé, el regidor responsable de la Policía Local durante los últimos ocho años, también de la máxima confianza de Delgado.

La cita para los afiliados del PP es el 16 de noviembre. Están llamados a las urnas 1.953 personas con el carné popular en el municipio, aunque las previsiones que manejan en el partido es que acudan a votar entre 500 y 800, en la línea de los que participaron en la última elección por la presidencia local. La sede abrirá sus puertas a los afiliados a las nueve de la mañana y se podrá votar hasta las 21 horas.

Cada candidato dispondrá de mil papeletas, que solo estarán disponibles el día de la votación para evitar posibles suspicacias en forma de trasiegos de sobres al exterior, como se informó en una de las últimas juntas locales.

Al finalizar la jornada, está prevista una fiesta, con la que el partido quiere simbolizar una idea de unidad al margen de sea quien sea el ganador. Una unidad que, sin embargo, ha mostrado alguna que otra fisura durante el largo proceso –algo más de un año– que ha seguido el Partido Popular de Calvià para elegir a su candidato a alcalde.

En este tiempo, ha habido unas primarias frustradas que desembocaron con la salida del partido de uno de los aspirantes, una precipitada elección de un candidato en junta local en medio de tensiones precongresuales y enfrentamientos con la dirección regional.

A principios del pasado otoño, el entonces recién elegido presidente de la junta local, Manuel Onieva, decidió convocar unas primarias para elegir al cabeza de lista. La cúpula del PP balear discrepó de la idea, porque consideraba que no era el momento electoral adecuado para celebrar este proceso. Ambas partes mantuvieron un pulso que cayó finalmente del lado de la dirección regional. Las primarias se suspendieron el mismo día de la votación.

El episodio de Rami

Antes de llegar a este punto, uno de los contendientes, Antoni Rami, se había retirado de esta carrera electoral interna denunciando la falta de equidad del proceso. Inició así una progresiva desvinculación con el partido que acabó con su baja como militante y la creación de otra formación, Transparencia por Calvià. La otra aspirante en aquel entonces, Teresa Martorell, no participó en la junta local –abierta a un número restringido de populares– celebrada con posterioridad a la suspensión de las primarias, en que se ratificó a Onieva como precandidato a la alcaldía. Martorell aseguró en noviembre pasado que no estaba de acuerdo con que el aspirante surgiera de una "elección cerrada", sin la participación de todos los afiliados.

El asunto parecía más o menos zanjado con la designación provisional de Onieva, pero éste reabrió el proceso el pasado septiembre e impulsó otra vez primarias. Los tres candidatos declaraban ayer que la campaña ha sido "muy tranquila" y resaltaban el "buen ambiente" que ha habido entre ellos. Ayer, los tres celebraron en Peguera una comida juntos.