La oposición logró ayer zanjar -al menos superficialmente- las primeras tensiones emergentes del pacto de gobierno entre PP/UMP y UM/UNPI, desatadas a raíz de la sonada ausencia del líder de UMP, Miquel Sabater, en el reciente pleno de los presupuestos para 2004.

Biel Cerdà (PSM), inquirió a Sabater: "¿Es cierto que no acudió porque estaba en desacuerdo con las cuentas municipales?". El destacado dirigente del Port de Pollença respondió con diplomacia: "No vine por temas personales, luego todo el mundo empezó a especular... pero yo respeto los presupuestos -de hecho mi partido votó a favor- y el pacto". Con todo, a nadie se le escapan las discrepancias de Sabater por la negativa de UM y PP a habilitar partidas propias para la delegación municipal en el Port, que UMP ostenta. "El pacto no lo contempla, y lo acatamos". Cerdà fue más allá: "Le recuerdo que fue excusado porque tenía trabajo, no por motivos personales". No hubo réplica.