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Gomila renace: «Me importa la seguridad, quiero vivir en paz»

La mítica y antiguamente insegura zona de fiesta se llena de color con los nuevos edificios que impulsa Camper para restaurar la plaza y su entorno u Las reformas se extenderán hasta el Paseo Marítimo

El antiguo Gomila Center se transforma en uno de los bloques de viviendas más grandes del proyecto. MANU MIELNIEZUK

Gomila ya no es lo que era. Ya no es el lugar de fiesta por excelencia, donde existían disputas constantes y edificios que se caían por su estado de abandono. Gomila prospera hacia un nuevo futuro, uno que le permita sobrevivir frente al firme avance del resto de Palma.

Un total de cuatro edificaciones están siendo remodeladas alrededor de la popular plaza, eliminando así las viviendas abandonadas de la zona. Las verjas altas y plateadas, que antes ocultaban ruinas y descuido, ahora protegen a los transeúntes de la zona de obras y serán eliminadas el próximo mes de octubre. Gomila ya no es lo que era porque está renaciendo más viva que nunca. Una nueva zona donde los colores han explotado. Ahora, azules, verdes y rojos se elevan en lugar de piedra vieja y desgastada. De la mano de los estudios de arquitectura GRAS Reynés y MVRDV, Camper ha impulsado la mejora de toda esta zona urbana que pedía a gritos algo más que un lavado de cara.

«Lo veo más limpio, más bonito. No está tan lleno de basura», afirma Antonio, un joven que, a pesar de no haber conocido la ‘época dorada’ de Gomila, lleva años viendo cómo el abandono de este enclave ha generado más daños e intranquilidad que mejoras. Una declaración que comparte Gurcharan, comerciante de la zona desde hace 20 años, quien apoya esta nueva remodelación si así la zona «se tranquiliza y genera menos problemas».

Sin embargo, Gurcharan destaca que las disputas ocurrían «solo durante la noche», mientras que durante el día Gomila era totalmente inofensiva. «Siempre son borrachos. Se pasan todo el día tomando alcohol y luego a la primera que pueden se pelean», afirma el comerciante, cansado ya de una situación tan inestable.

Estas afirmaciones no son una sorpresa para nadie. Esta parte de Ciutat tiene un historial conocido por la mayoría de los residentes de la isla. Desde agresiones hasta botellazos, pasando por ataques homófobos; la sangre y la inseguridad llevan años tiñendo las calles de Gomila, generando miedo en los vecinos y en aquellos que visitan la zona buscando diversión.

«Era una zona demasiado conflictiva, había peleas a cada rato. En principio esta remodelación va a mejorar esta situación», comparte Antonio, esperanzado ante un posible cambio.

Por otra parte, se espera que este tipo de situaciones se reduzcan debido a un cambio en el servicio que se ofrece en la zona. Camper pretende crear nuevos negocios, como tiendas y restaurantes para conseguir crear una sinergia entre sus nuevos edificios y estos locales. Unos nuevos comercios que influirán en los que han sobrevivido a todas las dificultades que acarrea situarse en Gomila.

Una de las nuevas edificaciones realizadas por los estudios GRAS Reynés y MVRDV. | MANU MIELNIEZUK

«Yo creo que a la gente de los bares y a los que tenían negocios de ese estilo les deben haber fastidiado, pero había demasiadas peleas», asegura Ester, una joven de la zona. Frente al posible cierre de estos locales de ocio nocturno, el Paseo Marítimo es una de las pocas zonas de fiesta que quedarán en este lugar.

Sin embargo, la nueva bajada que conectará la zona marítima y Gomila, además de la construcción de una finca en el antiguo edificio de la mítica discoteca Tito’s, también crea un futuro incierto para uno de los distritos fiesteros más visitados de la isla.

Por otra parte, estos nuevos edificios no son los únicos elementos que ganará este enclave de Ciuat. «Ya solo con el hotel nuevo que han hecho en la plaza se va a notar un cambio», declara Inga, transeúnte habitual de la zona.

Se refiere al Joe’s Gomila Boutique Hotel, un petit hotel que fue una de las primeras edificaciones realizadas en esta plaza que comenzó a impulsar este movimiento de reforma. Su propietario, Gabriel Alzina, ya quiso devolver a la vida a este barrio de la isla en 2017. Seis años después, el hotel recibe a gente de todos los lugares y luce, orgulloso, sus cinco estrellas.

Gomila ya no es lo que era y, para muchos esto implica un cambio en sus vidas que llevan esperando durante años. «Yo solo quiero vivir tranquila. A mí los edificios me dan lo mismo, me importa la seguridad», implora Francisca, vecina de la zona desde hace años. Ya está «cansada» de las situaciones que han manchado la reputación de su hogar durante años.

El nuevo edificio de la Plaza Gomila, justo al lado del Joe’s Gomila Boutique Hotel. | MANU MIELNIEZUK

La nueva estética

Ahora bien, es cierto que estos edificios tienen una función clara, pero muchos han opinado sobre la estética que estos traen al barrio.

«Hay mucha gente que está en contra por el tema del diseño de los edificios. Yo creo que, sinceramente, estos le van a dar un toque a Gomila», afirma Inga. Sin embargo, no es la opinión más común.

Muchos comparten la idea de Ester, que valora que cambiar la zona para darle un lavado de imagen es «estupendo», pero que los edificios, estéticamente hablando, no son el mejor estilo que se podría haber escogido.

«¿Sinceramente? A mí me parecen horrorosos. Son mejor de lo que había, seguro, pero tampoco era difícil», menciona Francisca exteriorizando su desgana.

Las opiniones varían mucho sobre estas remodelaciones, pero hay una idea que se repite constantemente: lo que haga falta con tal de que se provoque un cambio.

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