El centro comercial Los Geranios está de enhorabuena. Después de años de dificultades, alegrías, tiempos de fortuna y vacas flacas, las céntricas galerías de Palma conmemoraron ayer por la tarde su cincuenta aniversario.
Más de 150 personas acudieron a la fiesta, que se celebró en la calle Pasaje Joan XXIII con un aperitivo. «El comercio de proximidad da vida a nuestras ciudades y debemos mantenerlo vivo», manifestó el presidente de Pimeco, Toni Fuster, durante el evento.
Desde que el centro comercial abrió sus puertas en 1972, solo tres comercios siguen abiertos: La Casa de los Carrillones, Salom Guinyol y Calzados Melchor. Todos ellos recibieron una placa conmemorativa en la fiesta por parte del conseller insular de Promoción Económica, Jaume Alzamora; el director general de Comercio, Miquel Piñol, y el presidente de la Asociación de Comerciantes de Los Geranios, Mateu Cunill, quien aseguró que vive con orgullo este aniversario.
«Han sido 50 años de actividad comercial increíble, hemos tenido momentos más álgidos y más bajos, como el provocado por la crisis de la covid», recordó. «Ha costado resistir, pero lo cierto es que ahora este centro comercial a cielo abierto está en auge y todo gracias al pequeño comercio», añadió Cunill.
La resistencia de la que habló el responsable no es menor. Mientras que las calles colindantes a Los Geranios, como Sant Miquel, Plaza de España o el Mercat del Olivar, están invadidas de grandes cadenas multimarca y franquicias, en esta pequeña área no hay ni rastro.
Las galerías, ubicadas en una céntrica localización que todo comerciante podría soñar, las conocen los palmesanos de toda la vida. Cuenta con tiendas de ropa, zapatos, librerías, cafeterías e incluso una bombonería o una emblemática relojería. El lugar invita a perderse por las callejuelas en busca de un exótico café, unos chocolates belgas o unas coloridas albarcas menorquinas en uno de los microclimas más tradicionales y acogedores de la ciudad.
