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Ciudadanos con mascarilla cruzan las Avenidas por un paso de peatones

Vivir en un barrio desfavorecido de Palma eleva el riesgo de enfermar y de morir

Una investigación vincula privaciones socioeconómicas con una mayor mortalidad en Ciutat - Guillem Artigues dibuja un nuevo mapa de la desigualdad: los residentes en el distrito Llevant sufren más dolencias que los de Centre

La desigualdad enferma y mata. Una investigación llevada a cabo por el doctor Guillem Artigues permite por primera vez dibujar un mapa de Palma que vincula privaciones socioeconómicas con riesgo de mortalidad. Y concluye que la salud va por barrios.

«No todo el mundo tiene el mismo riesgo de enfermar de una determinada enfermedad. Y detrás de esa realidad se esconden una serie de indicadores sociales y económicos que no se pueden separar», explica Artigues, que ha plasmado esta investigación en su tesis doctoral, ‘Desigualdades socioeconómicas en la distribución geográfica de la mortalidad en Palma de Mallorca (1998-2015)’, defendida en la Universitat de les Illes Balears (UIB).

Para dibujar este nuevo mapa de Palma, Artigues ha calculado un índice de privación socioeconómica que incluye la pobreza material, pero también la falta de estudios, tipo de trabajo, personas activas o paradas. Son determinantes que elevan el riesgo de enfermar, y precisamente se localizan en la Palma que sufre mayores tasas de pobreza y exclusión social.

Determinantes educativos

«En teoría actualmente todo el mundo puede acceder al médico porque hay una sanidad pública y gratuita. Pero puede que no hagas un uso adecuado de ella. Y si lo haces, puedes no darle la importancia que tiene o seguir las pautas que te indican», destaca este investigador, que ha estudiado las 52.790 defunciones acontecidas en el municipio durante los años 1998 y 2015.

«Una persona con un nivel socioeconómico alto tiene más recursos económicos, sociales y supuestamente un nivel educativo más alto. Cuando lo juntas hace que tengas menos riesgo de morir por una determinada causa. Las personas con una educación más elevada son más capaces de entender que se tienen que cuidar y lo que les pasa cuando hacen uso de los recursos sanitarios», añade.

Artigues ha tomado como referencia los cinco distritos en los que se divide Palma. Una interpretación de trazo grueso deja pocas sorpresas: el distrito Llevant, que incluye los barrios de Son Gotleu y la Soledat Nord, cuenta con los mayores riesgos de padecer enfermedades y morir. En cambio el distrito Centre, que incluye los acomodados barrios de Jaume III, Sant Jaume y Sant Nicolau, presenta los mejores indicadores.

La problemática de Llevant

«Llevant tenía en 2011 un 70% de su territorio con un índice de privación alto. Significa que hay una clase social baja que a lo largo de los años se ha establecido allí porque podía afrontar los gastos de vivienda y la compra de comestibles, más asequibles que en otras zonas», indica.

«El centro, en cambio, ha sufrido un proceso de gentrificación. Hace 30 años estaba el barrio chino, pero ahora sa Gerreria no tiene nada que ver con lo que era antes. Todo el distrito centro ha pasado a ser una zona con un índice de privación bajo. Y además, muy bajo. Esa gentrificación ha desplazado a la gente que no puede vivir en la zona y se ha ido a otras más lejanas como Llevant o la segunda línea de platja de Palma», subraya.

Guillem Artigues, la semana pasada en Palma. | GUILLEM BOSCH

Y, concluye, el riesgo de enfermedad y la muerte están más presentes en las zonas más desfavorecidas: «Ahí los hábitos y estilos de vida no son los mismos. Y esos hábitos, y el uso de los recursos que puedas tener, hacen que al final enfermes de una enfermedad u otra, y puedas morir de esa patología».

En el municipio hay focos de vulnerabilidad que se prolongan en el tiempo. Artigues los identifica en una comparativa de los distritos de la ciudad entre 2001 y 2011, una década durante la que la situación en algunos de ellos no solo no mejora, sino que incluso empeora. Son barrios de «alta privación endémica» que se concentran en el distrito de Llevant — «el más afectado, abarcando casi la totalidad de territorio»—, además de en es Pla de Sant Jordi-Platja de Palma, incluyendo es Pil·larí, sa Casa Blanca, Son Ferriol y es Coll d’en Rabassa.

Artigues explica ese empeoramiento en los prolongados efectos de la crisis económica de 2008. En todo caso, estos puntos negros de vulnerabilidad socioeconómica se extienden diseminados por toda la ciudad y afectan a barrios como es Camp d’en Serralta, Son Cotoner, Son Pacs, Son Roca, Son Ximelis, es Camp Redó o s’Indioteria.

Campañas específicas

La tesis recoge cuáles han sido las enfermedades predominantes por sexo a lo largo de los casi veinte años que abarca el estudio. Entre los hombres, cáncer de pulmón, SIDA, la enfermedad del hígado y la cirrosis, cáncer de estómago, de vejiga, EPOC y lesiones por accidentes de tráfico, además del suicidio. Entre las mujeres hay un exceso de mortalidad por cáncer de estómago, diabetes, la enfermedad hepática y cirrosis, y la isquémica del corazón.

Artigues trabaja en el Servei de Promoció de la Salud, que depende de la direcció general de Salut Pública y Participació del Govern. Su tesis, dirigida por Elena Cabeza y Miquel Bennàssar, pretende ser una herramienta para que las administraciones diseñen campañas para promocionar hábitos de vida saludables adaptadas a la realidad socioeconómica de cada barrio.

«Los programas se lanzan siempre para todo el mundo, sin considerar las desigualdades económicas y sociales. Yo no puedo decir en un barrio determinado que sigas una dieta equilibrada si no tienes la capacidad o habilidad de entenderla, la voluntad de hacerla o los medios económicos para comprar carne, pescado y fruta fresca. Nosotros decíamos a la gente que siguiera una alimentación sana y que hiciera deporte. O que vacunaran a sus hijos, que dejaran de fumar, que no abusaran del alcohol o que acudieran a los diferentes programas de promoción de la salud. Pero sin tener en cuenta todos los condicionantes socioeconómicos que existen», explica.

Este investigador espera que haya «un cambio de paradigma» a la hora de plantearse las políticas sanitarias: «Es esencial que se tenga en cuenta cuáles son las necesidades sentidas de la población, que nazcan a pie de calle con los vecinos y se vayan fraguando con procesos de participación de la comunidad. Así serán mucho más objetivas y eficientes».

Comparativa entre 2001 y 2011 por secciones censales

La tesis doctoral defendida por Guillem Artigues se detiene en una comparativa de los índices de privación socioeconómica en Palma entre 2001 y 2011. Afloran «áreas de alta privación endémica» que se focalizan en los distritos Nord y Llevant. Durante la década la situación socioeconómica en algunos barrios incluso empeora. La ciudad de color verde es la que tiene los índices de privación más bajos y por tanto donde menor riesgo hay de contraer enfermedades y de morir. La Palma de color marrón es la más desfavorecida y la más propensa a enfermar. A lo largo de los años el distrito Centre ha consolidado una situación favorable, mientras que Llevant, Pla de Sant Jordi-Platja de Palma y parte del distrito Nord han consolidado su vulnerabilidad.

Salud y gentrificación

Palma ha experimentado profundas transformaciones urbanísticas que han cambiado el tejido social de los barrios. Un ejemplo de manual es sa Gerreria. Fruto de un acentuado proceso de gentrificación, los residentes del antiguo barrio chino fueron desplazados a la periferia y sustituidos por otros con mayor poder adquisitivo. Ese cambio se ve reflejado en la tesis de Guillem Artigues que vincula privaciones socioeconómicas con un mayor riesgo de sufrir enfermedades y de morir. En 2001 sa Gerreria era una de las zonas con mayor riesgo de enfermar; una década más tarde ha dado la vuelta a la situación. En la imagen, la calle Socors en 1992 y en la actualidad.

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