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Tribuna

Comerciantes vs futuro | Por Alejandra Araya

Gente paseando por una calle peatonal de Palma. | MANU MIELNIEZUK

Estamos observando cómo se está utilizando el temor de los comerciantes ante los retos económicos a los que se enfrentan con la finalidad de frenar los cambios de las políticas de movilidad de Palma. Básicamente se trata de unos cambios que van dirigidos a que ir a pie por la ciudad sea más fácil, cómodo y seguro.

Entendemos perfectamente el temor de los comerciantes, producto de los reveses provenientes de un mundo globalizado y de la gran incertidumbre que generan los cambios. El primer gran golpe vino por la irrupción y fomento de los grandes centros comerciales en el extrarradio de Palma, producto de decisiones políticas.

Paralelamente la gente ha ido aumentado el número de compras online que, con la pandemia, se han disparado y se han convertido en un hábito para muchos.

Además, la irrupción de la pandemia ha influido negativamente en el gasto de las familias y en el número de turistas que visitaban la ciudad. Se trata de un cóctel mortífero para el comercio más vulnerable, el pequeño y mediano.

No conocemos la existencia de estudios de marketing hechos por las asociaciones de comerciantes de Palma los cuales permitirían a los pequeños comercios competir con los gigantes de la venta online y con las grandes superficies, y que les ayudarían a conocer mejor al cliente actual y cómo atraerlo.

Nosotros sí tenemos datos sobre cómo mejora el nivel de ventas cuando existe un gran flujo de personas a pie o en bicicleta delante del comercio. Ya que quien mira escaparates y pasa por delante de las tiendas es el cliente que camina. Y caminar por la ciudad se convierte en un placer cuando las condiciones ambientales lo permiten: menos ruido, más seguridad, menos humos y acerado accesible.

Por ejemplo, la UCL ha publicado para la Comisión de Transporte de Londres recientemente un dato que nos interesa: El atractivo creado por las calles donde se ha actuado en beneficio de peatones y ciclistas hace que aumente la demanda para alquilar locales debido a una mayor demanda debido al aumento de flujo de los anteriores tipos de movilidad y a pesar de tener la competencia de los centros comerciales en la periferia.

Otro estudio de la Universidad de Guelph, Canadá, señala que los comercios del centro consiguen un mínimo de beneficio de los espacios de aparcamiento cerca de ellos porque los conductores están dispuestos a caminar hacia las tiendas.

La lectura de los artículos disponibles en la red, publicados por prestigiosas universidades y al alcance de todos, haría que pudiéramos aportar nuevos puntos de vista para hacer la revolución del pequeño y mediano comercio de nuestra ciudad. Porque Palma no debe quedar atrás de otras ciudades de nuestro país como Bilbao, Valencia, Vitoria, Barcelona o Pontevedra, que empezaron mucho antes a cambiar su paisaje urbano y a mejorarlo para peatones y comerciantes.

Por imperativo legal y moral, las políticas de movilidad no pueden ir nunca en contra de los peatones, o sea, contra la salud de las personas. No debemos consentir que sean utilizadas para arañar algunos votos o polarizar a la opinión pública mediante el uso premeditado de las palabras para manipular. Utilicemos datos, pero datos contrastados y fruto de estudios donde existe ética profesional a la hora de plantearse y analizar los resultados.

Es realmente grotesco que se haya formado un grupo que reniegue de las Zonas de Bajas Emisiones, que responden a compromisos europeos e internacionales como el Pacto Verde Europeo o la Agenda 2030. Unos compromisos a los que no podemos renunciar si queremos ser europeístas.

Como crítica al ajuntament de Palma remarcamos la falta de pedagogía y participación anterior a la planificación de Palma Camina. Entendemos que el plan obedece a directrices europeas y que hay medidas irrenunciables, si bien es necesario contar con la escucha y sugerencias de los ciudadanos, a veces de un calibre tal que no desvirtúa el proyecto.

De acuerdo con las encuestas del INE, la ciudadanía es plenamente consciente de que vivimos un momento de reto medioambiental que requiere medidas urgentes. Palma Camina está dando respuestas a esta situación, si bien Vianants Mallorca es plenamente consciente de que hay que ir más allá para hacer de la ciudad un lugar mejor y sostenible, como el que encontramos en las ciudades europeas que visitamos, que recorremos a pie y de las que volvemos maravillados por su grado de organización del espacio público.

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