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Emaya dejará de instalar contenedores de basura soterrados en las nuevas obras

Tras más de una década de experiencia con este sistema se ha comprobado que su mantenimiento es más caro y que la «pureza» de las fracciones de recogida selectiva «es muy deficiente», además de que solo existe un fabricante

Una de las agrupaciones de contenedores soterrados situada en la calle Marie Curie. | J.C.

La Empresa municipal d’Aigües i Clavegeram (Emaya) ha decidido dejar de instalar contenedores soterrados en las nuevas obras de rehabilitación y reurbanización que se realizan en la ciudad. Con esta decisión se pone fin a la decisión adoptada a finales de la primera década de este siglo por los anteriores responsables de la empresa municipal, que decidieron que este sistema de contenedores soterrados, dado su menor impacto visual y la mayor comodidad para los usuarios, se iría implantando paulatinamente en todas las barriadas de la ciudad a medida que se realizaran obras de mejora urbana.

No obstante, según explica el actual presidente de Emaya y concejal de Medio Ambiente de Cort, Ramon Perpinyà, «este sistema ha dado muchos problemas. En primer lugar, los líquidos que se producen por la fermentación de la materia orgánica provocan la oxidación de la estructura soterrada que soporta el contenedor, lo que implica su renovación muy a menudo, con el consiguiente gasto», tal como especificó.

Igualmente, disponen de un sistema de contrapesos que acciona los accesos a los buzones que se acaban rompiendo por el uso también muy a menudo, por lo que deben ser reparados frecuentemente. Además, la pureza de las fracciones de residuos que se recogen «es muy baja», lo que provoca que en muchas ocasiones se mezclen y deban tratarse como si fuera de rechazo.

Lo anterior es especialmente significativo en el buzón destinado al papel y cartón, que a menudo se mezcla con materia orgánica que se deposita en él, por lo que se debe unir a la fracción de rechazo impidiendo de esta forma su reutilización o reciclaje.

A la hora de la recogida de los contenedores se necesita también una grúa capaz de elevarlo nueve metros del suelo, con las consiguientes dificultades de maniobrabilidad.

Otra característica del sistema implantado en Palma es que solo existe un único fabricante, por lo que, en el caso de que se decidiera sustituirlo por otro, debería ser completamente distinto, lo que provocaría numerosos problemas logísticos.

Por todo lo anterior, la empresa ha rechazado la implantación de este sistema en una obra tan emblemática para el equipo de gobierno como puede ser la ejecución del eje cívico de Nuredduna o en otras zonas de la ciudad en las que en estos momentos se están realizando obras de reurbanización de sus calles.

Por el momento se mantendrán los contenedores soterrados existentes, pero no se colocarán en nuevas zonas de la ciudad, sin descartar que en un futuro se contemplen otros modelos.

En estos momentos hay instalados 478 buzones de recogida

Desde hace poco más de una década se comenzaron a instalar los contenedores de basura soterrados en distintas zonas de la ciudad, después de superar informes en contra sobre la implantación de este sistema emitidos durante el último mandado del exalcalde Joan Fageda. En estos momentos hay un total de 102 agrupaciones de estos depósitos. Una docena de ellos pertenecientes a la Autoridad Portuaria y a la urbanización de Can Domenge. Un total de 153 buzones son de rechazo; 107 de vidrio; 106 de envases y 112 de papel, por lo que en total hay instalados 478 en distintas zonas de la ciudad, alrededor de las Avenidas, en los denominados ejes cívicos y en la segunda línea de la Platja de Palma, además de en las zonas del centro histórico en las que no se instaló la recogida móvil selectiva.

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