El gasto en ayudas sociales sigue creciendo y el pasado marzo se rozó los 1,4 millones de euros, aunque se reduce el número de familias atendidas. El balance social de un año de pandemia resalta que entre marzo y junio de 2020 se alcanzó un “máximo histórico” de casos, unos 12.000, que han ido disminuyendo aunque se sigue en cifras superiores a la actual crisis sanitaria.

La media mensual de familias atendidas durante los 10 últimos años era de 6.000. En febrero de 2020 fueron 6.450, pero tras declararse el estado de alarma la cifra se disparó y se situó en 12.000 casos en junio de 2020. Fueron “tres meses frenéticos de demanda social sin precedentes”, según el informe municipal.

Desde junio, el número mensual de familias atendidas ha ido disminuyendo progresivamente. Entre el pasado octubre y febrero de 2021, la cifra se ha estabilizado entre 8.700 y 9.000 familias atendidas cada mes.

Sin embargo, el gasto en ayudas económicas urgentes para esas familias sigue aumentando, especialmente aquellas destinadas a alimentación, productos básicos y las relacionadas con el pago de la vivienda y suministros.

Si antes de la covid ese gasto no superaba los 400.000 euros mensuales, en plena crisis se ha llegado a superar el millón de euros en varios meses, entre ellos febrero y marzo de 2021, (este último rozando 1,4 millones).

“La covid-19 ha hecho aumentar de manera imprevista la pobreza y el riesgo social y acentúa las situaciones de vulnerabilidad preexistentes. Esta situación se refleja en el crecimiento exponencial de las demandas de ayuda para cubrir necesidades básicas en el sistema de servicios sociales”, según Antoni Noguera, teniente de alcalde de Cultura y Bienestar Social.

El informe del Ayuntamiento destaca que el personal de servicios sociales ha afrontado un aumento de la demanda, el colapso de servicios autonómicos y estatales, un aumento imprevisto de sus funciones y barreras digitales, principalmente de la población atendida, pero también de la propia Administración.