El proyecto de restauración de la cantera de sa Garrigueta Rassa prevé que tras los primeros tres años de relleno y revegetación de la pedrera ya se vean resultados. Y que en una década, o incluso un poco menos, su paisaje esté integrado con el entorno, en aquellas zonas en que se haya actuado. Así lo prevé Raúl Tapia, biólogo y director de la Fundación Tormes EB, entidad que ha elaborado el estudio técnico para recuperar la vegetación y fauna en esta pedrera.
El proyecto de restauración presentado por la empresa Terral Holding 2005 S.L. está ahora pendiente del informe de la Comisión Balear de Medio Ambiente. La intervención prevista, en un plazo de unos 30 años, con extracción de material para dar forma a la montaña y rellenarla, además de con residuos autorizados, tiene en contra a numerosas asociaciones de vecinos, organizadas en la plataforma No toqueu sa Garrigueta Rassa.
Rellenar y revegetar a la par
La propuesta de la Fundación Tormes contempla ir revegetando a la par que se vayan rellenando zonas de la cantera con pies de planta y sembrado de distintas especies herbáceas, de matorral y arbolado que aseguren la pervivencia de la vegetación. Acebuches, algarrobos, almendros, lentiscos y oliveras, entre otros, son especies que poblarán este lugar y que «atraerán de nuevo la fauna», ya que este proyecto solo contempla reintroducir plantas.
La alternativa que defiende la plataforma en contra de este proyecto de restauración, dejar que la naturaleza siga su curso sin intervención del hombre, vallando la zona para impedir que las cabras se coman las plantas, implicaría mucho más tiempo y no obtendría los mismos resultados, según Tapia. «Lo que hay ahora es un hueco, de figuras geométricas, lo menos natural que hay. El relieve propio de la Tramuntana no es el de los huecos de la cantera», alega el biólogo, quien calcula que sin intervenir deberían pasar más de 50 años para ver una recuperación, que se ralentizará por los efectos del cambio climático. «Yo no lo vería», puntualiza sobre este plazo.
Terral Holding encargó el Proyecto técnico para la revegetación, refaunación y restablecimiento del equilibrio ecológico a la Fundación Tormes EB, consultora que ya ha realizado restauraciones de canteras y explotaciones similares, entre ellas la gravera que ha convertido en un centro de iniciativas ambientales en Salamanca. Raúl Tapia también ha realizado otros trabajos de campo para empresas de Mallorca. «Como biólogo, es un lugar que me atrae bastante», afirma al respecto.
Tapia recalca que la intervención planeada por la Fundación Tormes supone «la última capa de la piel» de la cantera, una vez que el equipo de restauración dirigido por Jaime Fernández haya rellenado y dado forma a la cantera, clausurada por orden judicial en 2004.
Reactivar el ecosistema
La Fundación Tormes plantea cinco tipo de revegetación en función de las condiciones del terreno: parcelas de la Exposición Sur, parcelas de la Exposición Norte, mosaico de cultivos tradicionales (para garantizar alimento a los animales), lugares de transición y corredores ecológicos que permitan el tránsito de fauna.
«No consiste solo en plantar árboles, sino en reactivar un ecosistema que está en rededor», explica Tapia. «Lo que pongamos tiene que estar relacionado con el paisaje que ya existe», añade el director de la Fundación Tormes, quien estudió el entorno de la cantera en primavera y otoño.
En cuanto al estado actual de sa Garrigueta Rassa, Raúl Tapia estima que durante estos años de abandono la vegetación que ha crecido no cubre un 8% del espacio. «La restauración natural es muy larga. Puede tardar 50 años para que haya un poco de activación. Nuestro objetivo es reducir al mínimo ese tiempo», añade sobre esta cuestión. Con el proyecto de revegetación pretende «que esa activación funcione sola y no necesite más labores de mantenimiento que ir controlándola», concluye su autor.Imágenes de la recuperación.