Cort se plantea el análisis del ADN de los excrementos caninos que se encuentre por la calle con el fin de localizar y poder multar a los propietarios incívicos que no los recogen, tal como se hace en algunos pueblos. El consistorio está ultimando la redacción de la ordenanza de bienestar animal, que podría incluir esta medida, tal como avanzó ayer en una nota de prensa en la que presentaba la nueva campaña informativa y de concienciación. La ciudad y los medios de comunicación locales se llenarán de carteles y anuncios que recordarán la obligación de recoger los excrementos y llevar un botellín de agua para limpiar los orines.

Con el lema ‘Palma és ca teva, cuida-la!’, destacan este deber ciudadano y que la sanción por no retirar de forma inmediata las cacas de los canes puede llegar a los 750 euros, tal como establece la legislación municipal sobre los propietarios de mascotas.