El ministerio para la Transición Ecológica está estudiando alargar hasta cinco kilómetros el emisario submarino de la depuradora que se construirá para evitar vertidos en las playas de la ciudad. Esta prolongación alejaría fuera de la Bahía las aguas residuales que en la actualidad se vierten en Can Pere Antoni, Ciutat Jardí y otros arenales urbanos cada vez que llueve en Palma. Además de que lo expulsado estaría previamente depurado, aumentar la longitud de dicha canalización "facilitaría la renovación del agua en la zona de costa y protegería una pradera de posidonia, ya que la tubería existente, de casi dos kilómetros, vierte el agua residual sobre ella", como explicó ayer el concejal de Medio Ambiente y presidente de Emaya, Ramon Perpinyà.
La empresa municipal, junto con la conselleria responsable del Govern, presentaron a Madrid esta alegación al anteproyecto de la nueva depuradora del Coll d'en Rabassa debido a que contempla un nuevo emisario con la misma longitud que el de ahora. Perpinyà confía en que los técnicos vean la idoneidad de prolongarlo, ya que "es una mejora que no requiere de una gran inversión". Y espera que ocurra lo mismo con las otras dos alegaciones presentadas y que ahora están analizando.
La segunda reclamación es ampliar el tratamiento primario de la depuración "para actuar en las aguas mixtas que llegan en vez de centrarse en el tratamiento de las residuales". La importancia de esta petición, según el regidor, es porque "Palma tiene el problema de las redes mixtas", es decir, que las pluviales y fecales comparten una misma canalización. Una de las prioridades del plan de obras de Emaya es separarlas y, tal como recordó, en septiembre lo harán en el polígono de Son Castelló, "de donde procede gran parte de las aguas mixtas".
La tercera alegación se refiere a "la necesidad de que esta nueva infraestructura sea fácilmente ampliable, añadiendo otra línea de tratamiento sin tener que parar la depuradora, en previsión de que la ciudad siga creciendo", en palabras del concejal. La incluyen porque el proyecto del Ministerio contempla dos de las tres líneas de depuración reclamadas por la empresa municipal, por lo que la capacidad de tratamiento de la nueva planta es de 80.000 metros cúbicos diarios frente a los 96.000 que pedía Emaya.
Tras la resolución de todas las alegaciones, Madrid tendrá que licitar la redacción del proyecto constructivo y de ejecución, de ahí que "el comienzo de las obras podría ser a final de 2021, siendo optimistas", según el responsable de Medio Ambiente.
