La conselleria de Medio Ambiente y Territorio informó ayer de que el 55% del agua residual municipal que llega a las depuradoras de Balears, entre ellas la de Palma, supera los límites de salinización que marca la normativa, por lo que esta situación impide su reutilización para usos agrícolas. Se trata de una de las principales conclusiones de un estudio de la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua), que abarca el periodo 2016-2019.

La agencia pública del Govern, dependiente de dicha conselleria, ha analizado la salinidad de las aguas residuales mediante la conductividad eléctrica que, en el caso del agua, aumenta con la concentración de sales. Tras conocer los resultados, el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, pide a los municipios que, en el marco del Pacto por el Agua, tomen las medidas necesarias para revertir esta situación, debido a que la salinización puede estar relacionada con el mal estado del alcantarillado municipal, especialmente en el caso de las redes situadas cerca de la costa, donde el agua salada subterránea se ha podido infiltrar a la canalización a través de fisuras.

En este sentido, recuerda que las depuradoras no están destinadas a la desalinización del agua residual y, por tanto, su salinidad en el alcantarillado no es eliminada y por tanto sale prácticamente en la misma concentración en el agua depurada.

Mir lamenta que una de las principales consecuencias de este exceso de salinización es la imposibilidad de reutilizar el agua para usos agrícolas y que esta es una de las demandas de los municipios en lo que refiere a la gestión del ciclo del agua. Por ello, destaca que la responsabilidad de promover instalaciones de tratamiento terciario recae en el interesado, ya sean las administraciones públicas o entidades privadas.