Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Núria Fernández Tarrés: "Soy una mujer feliz en el Rafael Verdera, no volvería a vivir en tierra"

Con su familia vive en el velero más antiguo de la flota española. Lo chartean a extranjeros, a "pocos españoles"

Desde que Núria Fernández Tarrés se embarcó en el Rafael Verdera para hacer un avistamiento de cetáceos en el golfo de León, veintitrés años atrás, no se ha bajado del velero más antiguo de la flota española. El amor unió al patrón Mikel Arizmendi, que adquirió en Formentera el buque botado en 1841, y a esta mujer inquieta que, nacida en Manresa, vivía por aquel entonces en México donde trabajaba como instructora de buceo. Se hizo habitante del mar y aprendió a vivir con lo esencial. En el barco nacieron sus dos hijos, Iñaki y Sara, y se educaron en él. Viven de chartear "esta joya del patrimonio marítimo", al que las administraciones no hacen mucho caso.

"Siempre pensé que tratándose de un barco que forma parte del patrimonio histórico de las Balears se le valoraría más. Me equivoqué", comenta.

P ¿Cuántos años tenía cuando se embarcó? ¿Tenía experiencia náutica?

R Tenía 28 años, y no tenía ni idea de navegar; aquí lo aprendí todo.El Rafael Verdera ha navegado con vela latina, después cangreja y latina y ahora ya solo con vela cangreja, lo que facilita las maniobras.

P ¿No le tienta volver a tierra?

R ¡Nooo! Vivir en un barco me ha dado riqueza personal, me ha enseñado a saber lo que es necesario. Aquí no tenemos ni calefacción ni aire acondicionado, estamos en contacto con la naturaleza. Cuando se habla del cambio climático, me pregunto, ¿cuántas lavadoras ponen al día? Hay que empezar desde casa. El Rafael Verdera es sostenible, limpiamos la ropa con imanes o con la bola ecológica, y evitamos usar plástico en la medida de lo posible. No tenemos televisión. No necesito apenas nada. ¡Soy una marinera feliz! Mi abuela Pepis nos decía: 'soy feliz porque quiero ser feliz'. No lo olvido ni un día. Eso, y estar agradecida a la vida.

P ¿Cómo se financia este velero de madera de 30 metros de eslora?

R Hacemos navegaciones de día, excursiones de 10 a 14 o de 15 a 19 y también de 10 a 17 horas. Nos adaptamos también si nos llaman de otro puerto, vamos desde Palma. En la navegación se incluye la comida casera, que es con producto de kilómetro 0, que preparo yo.

P ¿Qué tipo de clientes se apuntan a la experiencia del Verdera?

R Un setenta por cien son por incentivos de empresa y suelen ser alemanes, ingleses, noruegos, suecos; españoles, desafortunadamente pocos. El Rafael Verdera es patrimonio histórico, valoran su historia pero no participan en mantenerlo porque lo encuentran caro, pero un barco como éste necesita mantenimiento, y es muy costoso.

P ¿Reciben alguna ayuda de la Administración?

R ¡Qué va! La Autoridad Portuaria es la que cobra los amarres y no regala nada, y no paran de subir precios. Si nos hemos mantenido es porque es una empresa familiar.

P Son testigos en primera línea del cambio en el puerto de Palma

R Es horrible lo masificado que está. Se ha convertido en un negocio donde hacer dinero es lo fundamental. A la masificación, sumar la contaminación de los cruceros, nada sostenibles. Ahora nuestras manos se quedan negras al tocar los cabos, y esto no pasaba antes. Pero a la contaminación, hay que añadir el daño que hacen los emisarios. Los que somos marineros de verdad no contaminamos.

P Pero ustedes también se dedican a la industria turística. ¿No es una contradicción?

R Si tuviéramos subvenciones no lo haríamos pero nuestro cliente no es turismo de masas porque no nos interesa, damos calidad. Se paga más que en otro tipo de salidas que hay en la bahía pero navegar a bordo del Rafael Verdera es un privilegio que quien lo prueba, lo aprecia.

P Entre sus visitantes, los Reyes Magos.

R Sí, hace 16 años que lo hacemos y es una experiencia mágica. La primera vez que subieron a bordo lloré.

P También portaron la antorcha olímpica en 1992, con un atentado entre medias.

R Efectivamente, tres meses antes de portar la antorcha olímpica quemaron la bodega del barco y afortunadamente gracias a la intervención de los vigilantes portuarios no ocurrieron desgracias personales. Creemos que fue un atentado llevado a cabo por envidias pero no se ha podido demostrar nada y no se ha encontrado a los culpables. Fue un honor para el Rafael Verdera portar la antorcha olímpica. Y un recuerdo imborrable a quienes nos acompañaron en la travesía.

P Además de ser el altar en la boda de la cantante punk Nina Hagen, el velero ha salido en películas y en novelas.

R (Sonrisas) Es que es un barco precioso... Berlanga rodó en él escenas de La vida de Blasco Ibáñez, Antonio Aloy de Presences of mind con Lauren Bacall, y Josep Lorman ha escrito novelas de aventuras en las que el barco sale. Todo esto se explica en la web del barco rafaelverdera.com.

P ¿El relevo está asegurado con sus dos hijos, Iñaki ySara, ambos nacidos y educados en el barco?

R Sí, Iñaki está sacándose el título de patrón de altura y Sara ahora está en la Escuela Internacional de Circo en Oporto. (En el Verdera, se incluyen acrobacias si los clientes lo piden). Aún queda, pero el sueño de Mikel y mío es jubilarnos y partir, navegar por los mares del mundo. Nuestros hijos continuarían con el Rafael Verdera.

P ¿No hay muchas mujeres en este mundo?

R Es una pasión y sin ella no podrías vivir en un barco de este tipo porque son 24 horas. Si no gusta, puede ser una esclavitud. Hay más mujeres de las que pensamos llevando una vida así.

P ¿Qué le da esta vida?

R El mar me ha dado libertad, me ha enriquecido espiritualmente. ¡Soy una marinera feliz!

CONTENIDO_RELACIONADO

  • Barcos para todos los bolsillos

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO

Compartir el artículo

stats