El Circo Raluy ha sufrido el robo de los aparatos de iluminación y sonido del espectáculo que ofrece junto al parque de sa Riera hasta el 17 de noviembre. Las últimas sustracciones se produjeron la madrugada del pasado viernes, durante el festivo de Tots Sants, por lo que "todos los comercios se encontraban cerrados y hubo que improvisar para ofrecer la mejor actuación posible al público", tal como lamenta el director, Carlos Raluy. Quien también es maestro de ceremonias, informó al inicio de la función del problema, "un importante daño no cuantificable para la imagen del circo, debido a que los asistentes no pudieron ver el espectáculo en su esplendor. Profesionalmente hablando, me sabe muy mal", incide.

El daño material asciende a cerca de 2.000 euros, ya que no solo robaron los citados aparatos, sino también transformadores eléctricos, cableado y, unos días antes, una mesa de mezclas de música conocida popularmente como DMX. Los propietarios del circo sospechan que se trata de las mismas personas en ambas ocasiones. Han interpuesto una denuncia ante la Policía Nacional, que está investigando los hechos y recabando toda la información de posibles testigos.

Prórroga tras su éxito

El espectáculo ha regresado a la normalidad tras la adquisición de nuevo material de iluminación y sonido, y los mallorquines podrán disfrutarlo hasta el domingo 17, en vez de finalizar el pasado día 3, ya que se ha prorrogado debido al éxito obtenido en Palma. Tras un verano recorriendo diferentes pueblos de la isla, el Circo Raluy se instaló en la capital balear el 5 de octubre y desde entonces está deleitando a pequeños y mayores en su tradicional carpa, situada en la calle Andreu Torrens, junto al parque de sa Riera.

La compañía recrea la época dorada del circo y un equipo de artistas formado por 15 personas, sin contar el resto de integrantes, ofrece actuaciones de acróbatas, malabaristas, contorsionistas, cómicos, forzudos y el resto de los personajes circenses, aunque sin animales, una de las características de este negocio familiar. Otra singularidad son las caravanas, todas ellas históricas y auténticas piezas de museo. Una de ellas se ha habilitado como alojamiento para quienes quieran dormir allí una noche y vivir desde dentro cómo es el Circo Raluy.

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