Hace años que no voy a playas mallorquinas en verano, tantos que ni me acordaba de la razón. Y ahora que estoy pasando unos días en el delta del Ebro (cuyas playas son prácticamente vírgenes) más me reafirmo en que mi idea de pasar el día en la playa no es compatible con la masificación del turismo balear. Por cierto, la foto está hecha en Mallorca en primavera (el único momento en el que me veréis cerca de una playa).