La mejora económica y el incremento de la contratación se ha traducido en un dato que aparentemente la contradice. A lo largo de 2018 los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Palma atendieron a más extranjeros.

Se trata de un incremento que se produce por primera vez en nueve años y que se explica, según la concejala de Bienestar Social de Cort, Mercè Borràs, por el hecho de que la población extranjera en Palma se incrementó a lo largo del año pasado y muchas de estas personas en los primeros meses de estancia en la ciudad carecen de vivienda y de recursos, de ahí que acudan a los servicios sociales municipales.

Pese a lo anterior, según la memoria de Bienestar Social dada a conocer ayer, el número de personas atendidas por los servicios sociales municipales fue de 27.230, un 6,1% de la población. Si consideramos solo a las personas que han acudido a los distintos centros de la concejalía, la cifra anterior baja a 22.544, lo que representa el 5,11% del total de la población, lo que supone que hubo un descenso de 1.633 usuarios (un 6,8%) en relación a 2017.

Por lo que respecta al perfil de los usuarios, el 67,8% son de nacionalidad española, el 31% extranjeros y en el caso del 0,9% no consta la nacionalidad.

Pese al descenso en cuanto al número de usuarios globales, se produjo un incremento de la población extranjera atendida pasando de las 6.814 personas en 2017 a las 7.051 en 2018, lo que supone un aumento del 0,9%. El anterior dato se corresponde con el hecho de que la población de Palma creció el año pasado debido principalmente al incremento de inmigrantes.

El 42% de la problemática tratada por los servicios sociales municipales tienen relación con las dificultades económicas de las personas que acuden a sus centros, el 8% por problemas derivados de dificultades de convivencia y de relación social, el 30% de los casos están relacionados con dificultades de integración social, el 16% con problemas personales y solo el 3% con situaciones que ponen en riesgo la integridad personal.

Por lo que respecta a las prestaciones económicas, desde 2010 hasta el año pasado se observaba una tendencia a la estabilidad, con una ligera bajada en 2018, que a lo largo de 2018 se consolidó con una diferencia de usuarios del 9,22% en relación a 2016.

Si bien el conjunto de prestaciones económicas en general bajaron en relación a ejercicios anteriores, las destinadas al mantenimiento de la vivienda aumentaron, así como las relacionadas con las actividades de ocio para menores.

El incremento de las ayudas para la vivienda se relaciona con el aumento de los alquileres, lo que ha provocado que, pese a la mejora de los ingresos, muchas familias tengan dificultades para pagar el alquiler, el agua o la luz. Por ello, se decidió subir el mínimo de ingresos para poder acceder a estas ayudas de los 7.445 euros anuales de 2017 a los 9.775 del año pasado.

La concejalía también promovió 79 proyectos grupales y comunitarios en 38 barriadas, en las que participaron 6.169 personas y en los que se implicaron 140 técnicos y 162 entidades.