En tierra de nadie, aparentemente, bajo el puente de la vía conectora en la carretera entre Marratxí y sa Pobla, Pere Banek ha pintado dos murales gigantescos, de 65 y 70 metros, respectivamente. Ambos bajo la huella de su exposición Hipoderma 2, nombre que también ha cedido a su grafiti gigante, que le fue encargado por el Consell de Mallorca y que al coincidir con elecciones, no tendrá inauguración oficial.
"Este grafiti nace de una exposición que hice en Felanitx en la que mezclaba inspiración natural, procesos biológicos con los de la pintura. En este mural, el resultado ha sido más figurativo mientras que en la exposición fue abstracto", explica el artista que de las Bellas artes y el diseño gráfico, se siente a gusto en el grafiti. Ahora tiene ganas de regresar a un formato más modesto. Vea aquí las imágenes del mural.
"Llevo años trabajando en murales, y con éste las medidas se han ampliado. Cuando trabajas en estos formatos no puedes improvisar, todo ha de estar muy ordenado a todos los niveles", apunta.
De hecho, su trabajo reviste una cierta incomodidad ya que ambos muros están pegados, uno a un lado de la carretera, y el más grande, el que acaba hoy, a la vía del tren de Inca. El ruido es tremendo, incesante.
Esa Hipoderma 2 muestra una simbiosis entre el cuerpo humano -venas, intestinos o similares- y otros elementos orgánicos -"hay quien me ha dicho que le recuerdan empanadas de guisantes, y ¡eso me gusta mucho!-", señala Banek.
Bajo el nuevo puente de la vía conectora hay vida: a la circulación rodada, sumar el paso tranquilo de corredores, paseantes y el rodar de los ciclistas. Algunos se paran, sacan su teléfono móvil y sacan fotos. Banek sigue al pie de alguna de las tres máquinas como si fuera un guerrero de ciencia ficción que muestra su Hipoderma.
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